Thursday April 25,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

355- El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía
y el segundo anuncio de la Pasión


Jesús está completamente solo en la terraza de la casa de Tomás de Cafarnaúm. El pueblo ocia por el sábado.

Un pueblo ya muy reducido de habitantes, porque los más cuidadosos en cumplir las prácticas de fe se han puesto ya en marcha hacia Jerusalén; como también aquellos que van con las familias, y tienen niños que no pueden hacer marchas largas y obligan a los adultos a pararse y a hacer breves trayectos.

Así que falta, en este día ya de por sí un poco nublado, la nota de oro de la infancia festiva.

Jesús está muy pensativo: sentado en un banco pequeño y bajo, en un rincón, junto al pretil, de espaldas a la escalera, casi escondido por el antepecho; tiene un codo apoyado en la rodilla, y la frente en la mano con gesto cansado, casi de sufrimiento.

Interrumpe su meditación la llegada de un niñito que quiere saludarlo antes de salir para Jerusalén. « ¡Jesús! ¡Jesús!» llama, a cada peldaño que sube (no ve a Jesús, que está celado por el murete a la vista de quien está abajo). Y Jesús está tan concentrado que no oye la vocecita ligera ni el paso de palomita... de forma que, cuando el pequeño llega a la terraza, está todavía en esa postura de sufrimiento. El niño se atemoriza. Se para en el umbral de la terraza, se mete un dedito entre los labios y piensa... luego decide: lentamente se acerca... ya está casi junto a Jesús por detrás... se inclina para ver lo que hace... y dice:

-¡No, bonito! ¡No llores! ¿Por qué? ¿Por esos hombrachos feos de ayer? Lo hablaba mi padre con Jairo, que son indignos de ti. Pero no debes llorar. Yo te quiero. Y también te quiere mi hermanita y Santiago y Tobías, y Juana y María y Miqueas y todos, todos los niños de Cafarnaúm. No llores más... -y se echa a su cuello, muy cariñoso, para terminar: «Si no, voy a llorar también yo, y siempre... durante todo el viaje...

-No, David, ya no lloro. Tú me has consolado. ¡Has venido solo  ¿Cuándo partís?

-Después de que se ponga el sol. Con la barca hasta Tiberíades Ven con nosotros. Mi padre te quiere, ¿sabes?
-Lo sé, querido mío. Pero tengo que ir a ver a otros niños... Gracias por haber venido a saludarme. Te bendigo, pequeño David. Vamos a darnos el beso de adiós y luego vuelve con tu mamá. ¿Sabe que estás aquí?...
-No. Me he escabullido porque no te he visto con tus discípulos y he pensado que estabas llorando.

-Ya ves que ya no lloro. Ve, ve donde tu mamá, que quizás te está buscando temiendo mucho por ti. Adiós. Ten cuidado con los asnos de las caravanas. ¿Ves? En todas partes hay asnos parados.

-¿Pero ya de verdad que no lloras?
-No. Ya no estoy afligido. Tú me has consolado. Gracias, niño.

El niño baja la escalera saltando. Jesús lo observa. Menea la cabeza. Luego vuelve a su sitio, a la dolorosa meditación de antes. Pasa un rato. El sol, cuando se abren las nubes, se muestra descendiendo.

Un paso más pesado en la escalera. Jesús alza la cara. Ve a Jairo, que viene hacia El. Lo saluda. Recibe de Jairo un saludo respetuoso.
-¿Cómo por aquí, Jairo?

-¡Señor! Quizás me he equivocado. Pero Tú que ves el corazón de los hombres verás que en mi error no había mala voluntad. Yo hoy no te he invitado a la sinagoga para que hablaras. Pero he sufrido mucho por ti, ayer, y te he visto sufrir tanto, que... no me he atrevido. He consultado a los tuyos y me han respondido:

"Quiere estar solo"... Pero hace poco ha llegado Felipe, padre de David, diciéndome que su hijo te ha visto llorar. Ha dicho que le has dado las gracias por haber venido a ti. He venido yo también. Maestro, los que quedan todavía en Cafarnaúm están para reunirse en la sinagoga. Y mi sinagoga es tuya, Señor.

-Gracias, Jairo. Hoy hablarán otros en ella. Iré como simple fiel...
-No estarías obligado. Tu sinagoga es el mundo. ¿Entonces no vienes, Maestro?
-No, Jairo. Estoy aquí con mi espíritu ante el Padre, que me conoce y que no encuentra culpas en mí.
Un titileo de lágrimas aparece en los ojos tristes de Jesús.

-Yo tampoco encuentro culpas en ti... Adiós, Señor.
-Adiós, Jairo.
Y Jesús se sienta de nuevo. Sigue meditabundo.
Ligera como una paloma sube, vestida de blanco, la hija de Jairo. Mira... Llama delicadamente:

-¡Salvador mío!

Jesús vuelve la cabeza, la ve, le sonríe, le dice:
-Ven a mí.
-Sí, mi Señor. Pero quisiera llevarte a los demás. ¿Por qué debe estar hoy muda la sinagoga?

-Están tu padre y muchos otros para llenarla de palabras.
-Pero son palabras... La tuya es la Palabra. ¡Oh, mi Señor! Con tu palabra me restituiste para mi madre y mi padre, y estaba muerta. ¡Mira a los que se dirigen a la sinagoga! Muchos están más muertos que yo entonces. Ven a darles la Vida.

-Hija, tú la merecías; ellos... Ninguna palabra puede dar vida a uno que para sí elige la muerte.
-Sí, mi Señor. Pero ven de todas formas. Hay también personas que, oyéndote, viven cada vez más,.. Ven. Pon tu mano en la mía y vamos. Yo soy el testimonio de tu poder, y estoy pronta para testificarlo incluso ante tus enemigos, aunque me costara perder esta segunda vida, que la verdad es que ya no es mía. Tú me la has dado, Maestro bueno, por compasión hacia una madre y un padre. Pero yo...

La niña, una bonita niña, ya mujercita, de dulces ojos grandes que brillan en su rostro puro e inteligente, se detiene a causa de un acceso de llanto que la ahoga y gotea de las largas pestañas a las mejillas.

-¿Por qué lloras ahora? -pregunta Jesús poniéndole la mano en el pelo.

-Porque... me han dicho que Tú dices que vas a morir...
-Todos morimos, niña.

-¡Pero no como Tú dices! Yo... no querría ahora estar viva de nuevo, para no verlo, para no estar cuando... suceda este horror...

-Entonces no habrías estado tampoco para darme el consuelo que ahora me das. ¿No sabes que la palabra -una sola incluso de una persona pura y de una persona que me ama me quita todas las penas?

-¿Sí? ¡Oh! ¡Entonces no tienes que tener ya penas, porque te quiero más que a mi padre, más que a mi madre y más que a mi vida!

-Así es.

-Entonces ven. No estés solo. Habla para mí, para Jairo, para mi madre, para el pequeño David, en fin, para los que te quieren. Somos muchos. Y seremos más todavía. Pero no estés solo. Viene melancolía -y, materna por instinto, como toda mujer honesta, termina así: «Conmigo cerca, ninguno te hará ningún mal. Y además yo te defenderé».
Jesús la complace y se levanta. La mano en la mano, atraviesan las calles y entran en la sinagoga por una puerta lateral.

Jairo, que está leyendo en voz alta un libro, suspende la lectura y, mediando un reverente saludo, dice:
-Maestro, te ruego que hables para los rectos de corazón. Prepáranos para la Pascua con tu santa palabra.
-¿Estás leyendo de los Reyes, no?

-Sí, Maestro. Quería que meditaran que quien se separa del Dios verdadero cae en idolatría de becerros de oro.
-Bien has hablado. ¿Ninguno tiene nada que decir?
Se crea rumor entre la gente. Quién quiere que hable Jesús, quién grita:

-¡Tenemos prisa! ¡Que se digan las oraciones y se concluya la reunión! Además, vamos a Jerusalén; allí oiremos a los rabíes.
Los que gritan así son los muchos desertores de ayer, retenidos en Cafarnaúm por el sábado.
Jesús los mira con suma tristeza y dice:
-Tenéis prisa. Es verdad. También Dios tiene prisa de juzgaros. Marchaos, marchaos. Luego, volviéndose hacia los que los reprenden, dice: «No los increpéis. Cada planta da su fruto».

-¡Señor! ¡Repite el gesto de Nehemías! ¡Habla contra ellos, Tú, Sacerdote supremo! -grita, indignado, Jairo; y le hacen coro los apóstoles, los discípulos fieles y los de Cafarnaúm.

Jesús extiende en cruz los brazos. Palidísimo (un rostro verdaderamente mortificado, y, no obstante, dulcísimo), grita:

-¡Acuérdate, propicio, de mí, oh mi Dios! ¡Y acuérdate también propiciamente de ellos! ¡Yo los perdono!
La sinagoga se vacía. Quedan los que son fieles a Jesús...
Hay un extranjero en un rincón. Un hombre robusto, no observado por ninguno, al que ninguno dirige la palabra; bueno, él tampoco habla con nadie. Sólo mira fijamente a Jesús; tanto que el Maestro vuelve su mirada en aquella dirección, lo ve y pregunta a Jairo que quién es.
-No sé. Sin duda uno de paso.

Jesús lo interpela:
-¿Quién eres?
-Nicolái, prosélito de Antioquía. Me dirijo a Jerusalén para la Pascua.
-¿A quién buscas?
-A ti, Señor Jesús de Nazaret. Deseo hablarte.
-Ven.

Y sale, ya con él al lado, al huerto de detrás de la sinagoga para escucharlo.

-Hablé en Antioquía con un discípulo tuyo de nombre Félix. He deseado ardientemente conocerte. Me dijo que Cafarnaúm es lugar en que te detienes, y que tienes a tu Madre en Nazaret; y también que vas al Getsemaní o a Betania. El Eterno ha hecho que te encuentre en el primer lugar.

Estaba ayer... Estaba no lejos de ti, esta mañana, mientras llorabas orando cabe la fuente... Te amo, Señor. Porque eres santo y manso. Creo en ti. Tus acciones, tus palabras, me habían hecho ya tuyo. Pero tu misericordia de hace un rato para con los culpables me ha determinado.

¡Señor, acógeme en cambio de quien te abandona! Vengo a ti con todo lo que tengo: la vida, los bienes, todo.
Se ha arrodillado diciendo las últimas palabras.
Jesús lo mira fijamente... luego dice:

-Ven. Desde hoy serás del Maestro. Vamos adonde tus compañeros.

Vuelven a la sinagoga, donde hay una intensa conversación de los discípulos y los apóstoles con Jairo.
-Aquí tenéis a un nuevo discípulo. El Padre me consuela. Amadlo como a un hermano. Vamos con él a compartir el pan y la sal. Luego, ya de noche, saldréis con él hacia Jerusalén; nosotros iremos a Ippo con las barcas... Y no digáis mi camino a nadie, para que no me entretengan.

Entretanto el sábado ha terminado, y los que quieren evitar a Jesús se agolpan en la playa para contratar las barcas para Tiberíades. Y discuten con Zebedeo, que no quiere ceder su barca ya preparada para la partida nocturna de Jesús con los doce y cercana a la de Pedro.
-¡Voy a ayudarle! -dice Pedro, que está irritado.
Jesús, para evitar choques demasiado fuertes, lo retiene y dice:

-Vamos todos, no tú solo.
Y así lo hacen... Y saborean la amargura de ver que los que huyen se van sin siquiera un saludo, cortando netamente toda discusión con tal de alejarse de Jesús... y oyen algún que otro epíteto despreciante y consejos mordaces a los discípulos fieles...

Jesús se vuelve para regresar a casa, una vez que la turba hostil se ha marchado, y dice al nuevo discípulo:

-¿Los has oído? Esto es lo que te espera siguiéndome.
-Lo sé. Por eso me quedo. Te había visto en un día glorioso, entre la muchedumbre que te aclamaba y te saludaba como rey. Me encogí de hombros diciendo: "¡Otro pobre iluso! ¡Otro azote para Israel!", y no te seguí porque parecías un rey. Ya me había olvidado de ti. Ahora te sigo porque en tus palabras y en tu bondad veo al Mesías prometido».

-Verdaderamente eres más justo que muchos otros. Y digo, una vez más, que se retire quien espere de mí un rey terreno; se retire quien siente que se va a avergonzar de mí ante el mundo acusador; se retire quien se vaya a escandalizar de verme tratado como un malhechor. Os digo esto mientras todavía podéis hacerlo sin veros comprometidos ante los ojos del mundo. Imitad a los que huyen en aquellas barcas, si no os sentís dispuestos a compartir mi destino en el oprobio para poder compartirlo después en la gloria. Porque va a suceder pronto esto: van a acusar al Hijo del hombre, lo van a entregar en manos de los hombres, los cuales lo van a matar como a un malhechor y creerán que lo han vencido. Pero habrán cometido su delito inútilmente, porque resucitaré a los tres días y triunfaré. ¡Dichosos aquellos que sepan estar conmigo hasta el final!

Ya han llegado a la casa. Jesús confía a los discípulos el nuevo llegado, y sube solo al lugar de antes; más exactamente, entra en la habitación de arriba, y se sienta a pensar.
Pasa un rato. Suben Judas Iscariote y Pedro.
-Maestro, Judas me ha hecho reflexionar en cosas convenientes.
-Dilas.

-Tomas contigo a este Nicolái, un prosélito cuyo pasado además ignoramos. Ya hemos tenido muchas complicaciones... y las tenemos todavía. ¿Y ahora? ¿Qué sabemos de él? ¿Podemos fiarnos? Judas, con razón, dice que podría ser un espía enviado por los enemigos.

-¡Que sí! ¡Un traidor! ¿Por qué no quiere decir de dónde viene ni quién lo envía? Le he hecho preguntas, pero sólo dice: "Soy Nicolái de Antioquía, prosélito". Yo tengo serias sospechas.

-Te recuerdo que viene porque me ve traicionado.
-¡Puede ser mentira! ¡Puede ser una traición!


-Quien por todas partes ve mentira o traición es alma capaz de esas cosas. Porque se mide con el propio modelo -dice serio Jesús.

-¡Señor, me ofendes! -grita Judas indignado.
-Pues déjame y vete con los que me abandonan.
Judas sale dando un portazo con malos modales.

-De todas formas, Señor, Judas no está equivocado en todo... Y además no quisiera que... ese hombre hablara de Juan. Sólo puede ser el hombre de Endor el Félix que te lo manda...

-Ciertamente es así. Pero Juan de Endor es prudente y ha tomado de nuevo su viejo nombre. Estáte tranquilo, Simón. Un hombre que se hace discípulo porque siente que mi causa humana está ya perdida, no puede ser sino una persona recta de espíritu. Muy distinto es el que ha salido ahora, que vino a mí porque esperaba ser príncipe de un rey poderoso... y no se convence de que Yo soy Rey sólo para el espíritu...

-¿Sospechas de él, Señor?
-De ninguno. Pero, en verdad te digo que adonde llegará Nicolái, discípulo y prosélito, Judas de Simón, apóstol, israelita y judío, no llegará.

-Señor, quisiera preguntar a Nicolái sobre... Juan.
-No lo hagas. Juan no le ha dado ningún encargo porque es prudente. No seas tú el imprudente.
-No, Señor. Sólo te lo preguntaba...
-Vamos a bajar para acelerar la cena. Partiremos con la noche plena... Simón... ¿me amas tú?

-Maestro, pero ¿qué dices?
-Simón, mi corazón está más oscuro que el lago en una noche de tormenta, y tan desazonado como él...

-¡Oh, Maestro mío!... ¿Qué te puedo decir, si yo estoy todavía más... oscuro y desazonado que Tú? Te digo: "Aquí tienes a tu Simón. Si mi corazón te puede confortar, tómalo". Es lo único que tengo. Pero es sincero.

Jesús pone unos momentos la cabeza en ese pecho amplio y fuerte; luego se pone de pie y baja con Pedro.


   


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