Wednesday April 24,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 2 de 7 »

PRIMER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



44. Adiós a la Madre
y salida de Nazaret.
Llanto y oración de la Corredentora.

45. Predicación de Juan el Bautista y Bautismo de Jesús.
La manifestación divina.

46. Jesús tentado por Satanás en el desierto. Cómo se vencen las tentaciones.

47. El encuentro con Juan y Santiago.

48. Juan y Santiago refieren a Pedro su encuentro con el Mesías.

49. El encuentro con Pedro
y Andrés después de un
discurso en la sinagoga

50. En Betsaida, en casa de Pedro. Encuentro con Felipe
y Natanael.

51. María manda a Judas Tadeo a invitar a Jesús
a las bodas de Cana.

52. Las bodas de Caná. El Hijo, no sujeto ya a la Madre, lleva a cabo para Ella el primer milagro.

53. Los mercaderes expulsados del Templo.

54. El encuentro con Judas de Keriot y con Tomás. Simón Zelote curado de la lepra.

55. Un encargo confiado
a Tomás.

56. Simón Zelote y Judas Tadeo unidos en común destino.

57. En Nazaret con Judas Tadeo
y con otros seis discípulos.

58. Curación de un ciego en Cafarnaúm.

59. Curación de un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm.

60. Curación de la suegra de Simón Pedro.

61. Jesús agracia a los pobres después de exponer la parábola del caballo amado por el rey.

62. Los discípulos buscan a Jesús, que está orando en la noche.

63. El leproso curado
cerca de Corazín.

64. El paralítico curado en Cafarnaúm.

65. La pesca milagrosa
y la elección de los primeros cuatro apóstoles.

66. Judas de Keriot en
Getsemaní se hace discípulo.

67. El milagro de los puñales partidos, en la Puerta de los Peces.

68. Jesús enseña en el Templo estando con Judas Iscariote.

69. Jesús instruye a Judas Iscariote.

70. En Getsemaní con Juan de Zebedeo. Comparación entre el Predilecto y Judas de Keriot.

71. Judas Iscariote presentado
a Juan y a Simón Zelote.

72. Hacia Belén con Juan, Simón Zelote y Judas Iscariote.

73. En Belén, en casa de un campesino y en la gruta
de la Natividad.

74. En la posada de Belén y en las ruinas de la casa de Ana.

75. Jesús encuentra
a los pastores Elías y Leví.

76. En Yuttá, en casa del pastor Isaac. Sara y sus niños.

77. En Hebrón en casa de Zacarías. El encuentro con Áglae.

78. En Keriot. Muerte
del anciano Saúl.

79. Volviendo donde los pastores.

80. En el monte del ayuno
y en la peña de la tentación.

81. En el vado del Jordán con los pastores Simeón, Juan y Matías. Un plan para liberar
a Juan el Bautista.

82. En Jericó. Judas Iscariote cuenta cómo ha vendido
las joyas de Áglae.

83. Jesús sufre a causa de Judas, que es enseñanza viva para los apóstoles de todos los tiempos.

84. El encuentro con
Lázaro de Betania.

85. Antes de ir al Getsemaní, Jesús y el Zelote suben al Templo, donde está hablando Judas Iscariote.

86. El encuentro con el soldado Alejandro en la Puerta
de los Peces.

87. Con pastores y discípulos en las cercanías de Doco.
Isaac se queda en Judea.

88. Donde el pastor Jonás, en la llanura de Esdrelón.

89. Adiós a Jonás y llegada de Jesús a Nazaret.

90. La llegada a Nazaret de los discípulos con los pastores.

91. Primera lección a los discípulos en Nazaret,
en un olivar.

92. Segunda lección a los discípulos en Nazaret,
junto a la casa.

93. Tercera lección a los discípulos en Nazaret, en el huerto de la casa. Palabras de consuelo a Judas de Alfeo.

94. Curación de la Beldad de Corazín. Jesús habla en la sinagoga de Cafarnaúm.

95. Santiago de Alfeo recibido como discípulo. Jesús habla junto al banco de Mateo.

96. Jesús responde a la acusación de haber curado en sábado a la Beldad de Corazín.

97. La llamada de Mateo.

98. Encuentro con la Magdalena en el lago y lección a los discípulos cerca de Tiberíades.

99. En Tiberíades
en la casa de Cusa.

100. En Nazaret en casa del anciano y enfermo Alfeo.
No es fácil la vida del apóstol.

101. Jesús pregunta a su Madre acerca de los discípulos.

102. Encuentro con el ex pastor Jonatán y curación
de Juana de Cusa.

103. En los altos del Líbano, donde los pastores
Benjamín y Daniel.

104. Aava reconciliada con su marido. Noticias sobre
la muerte de Alfeo
y sobre el rescate de Jonás.

105. Los demás hablan bajo para no turbar su dolor.

106. Expulsión de Nazaret. Jesús consuela a su Madre. Reflexiones sobre cuatro contemplaciones.

107. Jesús y su Madre en casa
de Juana de Cusa.

108. Discurso a los vendimiadores y curación
del niño paralítico.

109. En los campos de Jocanán y en los de Doras. Muerte de Jonás.

110. En casa de Jacob en las cercanías del lago Merón.

111. Encuentro con Salomón en el vado del Jordán. Parábola sobre la conversión de los corazones.

112. De Jericó a Betania.
El encuentro con Marta,
que habla de María.

113. Regreso a Betania después de la fiesta de los Tabernáculos.

114. En el convite de José de Arimatea. Encuentro
con Gamaliel y Nicodemo.

115. Curación del niño arrollado por el caballo de Alejandro.
Jesús expulsado del Templo.

116. En Getsemaní con Jesús, los discípulos hablan de los paganos y de la "velada".
El coloquio con Nicodemo.

117. Lázaro pone a disposición de Jesús una casita en el llano
de Agua Especiosa.

118. Comienzo de vida común
en Agua Especiosa.
Discurso de apertura.

119. Los discursos en Agua Especiosa, Parte 1: Yo soy el Señor tu Dios. Jesús bautiza como Juan.

120. Los discursos en Agua Especiosa, Parte 2 : Yo soy el Señor tu Dios. Jesús bautiza como Juan.

121. Los discursos en Agua Especiosa: No profieras en vano mi Nombre. La visita de Manahén.

122. Los discursos en Agua Especiosa: Honra a tu padre
y a tu madre. Curación de un deficiente mental.

123. Los discursos en Agua Especiosa: No fornicarás. La afrenta de cinco hombres notables.

124. Se da alojamiento a la "velada" en la casita de Agua Especiosa.

125. Los discursos en Agua Especiosa: Santifica las fiestas. El niño de las piernas fracturadas.

126. Los discursos en Agua Especiosa: No matarás.
Muerte de Doras.

127. Los discursos en Agua Especiosa: No tentarás al Señor tu Dios. Testimonio
de Juan el Bautista.

128. Los discursos en Agua Especiosa: No desearás la mujer del prójimo. El joven lujurioso.

129. La curación, en Agua Especiosa, de un romano endemoniado.

130. Los discursos en Agua Especiosa: No dirás falsos testimonios. El pequeño Asrael.

131. Los discursos en Agua Especiosa: No robes y no desees los bienes ajenos. El pecado de Herodes.

132. Discurso de conclusión, en Agua Especiosa, antes de la fiesta de la Purificación.

133. El trabajo oculto de Andrés. Una carta a Jesús de su Madre. Jesús debe dejar Agua Especiosa.

134. La curación de Jerusa
en Doco.

135. Llegada a Betania. La Magdalena escucha
el discurso de Jesús.

136. En la fiesta de las Encenias, en casa de Lázaro, se hace memoria del nacimiento de Jesús.

137. Jesús regresa a Agua Especiosa, pero debe
abandonar el lugar.

138. Despedida del encargado de Agua Especiosa, y del arquisinagogo Timoneo, que se hace discípulo.

139. En los montes de las cercanías de Emaús. El carácter de Judas Iscariote y las cualidades de los buenos.

140. En Emaús, en casa del arquisinagogo Cleofás. Un caso de incesto. Fin del primer año.

 

 

51- María manda a Judas Tadeo a invitar a
Jesús a las bodas de Cana.


Veo la cocina de Pedro. En ella, además de Jesús, están Pedro y su mujer, y Santiago y Juan. Parece que acaban de terminar de cenar y que están conversando. Jesús muestra interés por la pesca.

Entra Andrés y dice:

- Maestro, está aquí el dueño de la casa en que vives, con uno que dice ser tu primo.
Jesús se levanta y va hacia la puerta, diciendo que pasen. Y, cuando a la luz de la lámpara de aceite y de la lumbre ve entrar a Judas Tadeo, exclama:
-¿Tú, Judas?
- Yo, Jesús.
Se besan. Judas Tadeo es un hombre apuesto, en la plenitud de la hermosura viril. Es alto — si bien no tanto como Jesús —, de robustez bien proporcionada, moreno, como lo era San José de joven, de color aceitunado, no térreo; sus ojos tienen algo en común con los de Jesús, porque son de tono azul pero con tendencia al violáceo. Tiene barba cuadrada y morena, cabellos ondulados, menos rizados que los de Jesús, morenos como la barba.

- Vengo de Cafarnaúm. He ido allí en barca, y he venido también en barca para llegar antes. Me envía tu Madre. Dice:

"Susana se casa mañana. Te ruego, Hijo, que estés presente en esta boda". María participa en la ceremonia y con ella mi madre y los hermanos. Todos los parientes están invitados. Sólo Tú estarías ausente. Los parientes te piden que complazcas en esto a los novios.
Jesús se inclina ligeramente abriendo un poco los brazos y dice:

- Un deseo de mi Madre es ley para mí. Pero iré también por Susana y por los parientes. Sólo... lo siento por vosotros... - y mira a Pedro y a los otros - Son mis amigos - explica a su primo. Y los nombra comenzando por Pedro. Por último dice: - Y éste es Juan - y lo dice de una forma muy especial, que mueve a Judas Tadeo a mirar más atentamente, y que hace ruborizarse al predilecto.

Jesús termina la presentación diciendo: - Amigos, éste es Judas, hijo de Alfeo, mi primo hermano, según dice la usanza, porque es hijo del hermano del esposo de mi Madre; un buen amigo mío en el trabajo y en la vida.

- Mi casa está abierta para ti como para el Maestro. Siéntate.

Luego, dirigiéndose a Jesús, Pedro dice:

-¿Entonces? ¿Ya no vamos contigo a Jerusalén?.
- Claro que vendréis. Iré después de la fiesta. Únicamente que ya no me detendré en Nazaret.

- Haces bien, Jesús, porque tu Madre será mi huésped durante algunos días. Así hemos quedado, y volverá a mi casa  también después de la boda - esto dice el hombre de Cafarnaúm.

- Entonces lo haremos así. Ahora, con la barca de Judas, Yo iré a Tiberíades y de allí a Cana, y con la misma barca volveré a Cafarnaúm con mi Madre y contigo. El día siguiente después del próximo sábado te acercas, Simón, si todavía quieres, e iremos a Jerusalén para la Pascua.
-¡Sí que querré! Incluso iré el sábado para oírte en la sinagoga.

-¿Ya predicas, Jesús? - pregunta Judas.
- Sí, primo.
-¡Y qué palabras! ¡No se oyen en boca de otros!.
Judas suspira. Con la cabeza apoyada en la mano y el codo sobre la rodilla, mira a Jesús y suspira. Parece como si quisiera hablar y no se atreviera.

Jesús lo anima para que hable:
-¿Qué te pasa, Judas? ¿Por qué me miras y suspiras?.
- Nada.
- No. Nada no. ¿Ya no soy el Jesús que tú estimabas? ¿Aquel para quien no tenías secretos?
-¡Sí que lo eres! Y cómo te echo de menos, a ti, maestro de tu primo más mayor...
-¿Entonces? Habla.

- Quería decirte... Jesús... sé prudente... tienes una Madre... que aparte de ti no tiene nada... Tú quieres ser un "rabí" distinto de los demás y sabes, mejor que yo, que... las castas poderosas no permiten cosas distintas de las usuales, establecidas por ellos. Conozco tu modo de pensar... es santo... Pero el mundo no es santo... y oprime a los santos... Jesús... ya sabes cuál ha sido la suerte de tu primo Juan... Lo han apresado y si todavía no ha muerto es porque ese repugnante Tetrarca tiene miedo del pueblo y del rayo divino. Asqueroso y supersticioso, como cruel y lascivo. ¿Qué será de ti? ¿Qué final te quieres buscar?

- Judas, ¿me preguntas esto tú, que conoces tanto acerca de mi pensamiento? ¿Hablas por propia iniciativa? No. ¡No mientas! Te han mandado — no mi Madre, por supuesto — a decirme esto...

Judas baja la cabeza y calla.
- Habla, primo.
- Mi padre... y con él José y Simón... sabes... por tu bien... por afecto hacia ti y María... no ven con buenos ojos lo que te propones hacer... y... y querrían que Tú pensaras en tu Madre...
-¿Y tú qué piensas?
- Yo... yo.

- Tú te debates entre las voces de arriba y de la Tierra. No digo de abajo, digo de la Tierra. También vacila Santiago, aún más que tú. Pero Yo os digo que por encima de la Tierra está el Cielo, por encima de los intereses del mundo está la causa de Dios. Necesitáis cambiar de modo de pensar. Cuando sepáis hacerlo seréis perfectos.
- Pero... ¿y tu Madre?

-Judas, sólo Ella tendría derecho a recordarme mis deberes de hijo, según la luz de la Tierra, o sea, mi deber de trabajar para Ella, para hacer frente a sus necesidades materiales, mi deber de asistencia y consolación estando cerca de mi Madre. Y Ella no me pide nada de esto. Desde que me tuvo, Ella sabía que habría de perderme, para encontrarme de nuevo con más amplitud que la del pequeño círculo de la familia. Y desde entonces se ha preparado para esto. No es nueva en su sangre esta absoluta voluntad de donación a Dios. Su madre la ofreció al Templo antes de que Ella sonriera a la luz. Y Ella — me lo ha dicho las innumerables veces que me ha hablado de su infancia santa teniéndome contra su corazón en las largas noches de invierno, o en las claras de verano llenas de estrellas — y Ella se ofreció a Dios ya desde aquellas primeras luces de su alba en el mundo. Y más aún se ofreció cuando me tuvo, para estar donde Yo estoy, en la vía de la misión que me viene de Dios. Llegará un momento en que todos me abandonen. Quizás durante pocos minutos, pero la vileza se adueñará de todos, y pensaréis que hubiera sido mejor, por cuanto se refiere a vuestra seguridad, no haberme conocido nunca. Pero Ella, que ha comprendido y que sabe, Ella estará siempre conmigo. Y vosotros volveréis a ser míos por Ella.

Con la fuerza de su amorosa, segura fe, Ella os aspirará hacia sí, y, por tanto hacia mí, porque Yo estoy en mi Madre y Ella en mí, y Nosotros en Dios. Esto querría que comprendierais vosotros todos, parientes según el mundo, amigos e hijos según lo sobrenatural. Tú, y contigo los otros, no sabéis quién es mi Madre. Si lo supierais, no la criticaríais en vuestro corazón por no saberme tener sujeto a Ella, sino que la veneraríais como a la Amiga más íntima de Dios, la Poderosa que todo lo puede en orden al corazón del Eterno Padre, que todo lo puede en orden al Hijo de su corazón. Ciertamente iré a Cana. Quiero hacerla feliz. Comprenderéis mejor después de esta hora.

Se le ve a Jesús majestuoso y persuasivo. Judas lo mira atentamente. Piensa. Dice:
- Yo también, sin duda, iré contigo, con estos, si me aceptas... porque siento que dices cosas justas. Perdona mi ceguera y la de mis hermanos. ¡Eres mucho más santo que nosotros!...

- No guardo rencor a quien no me conoce. Ni siquiera a quien me odia. Pero me duele por el mal que a sí mismo se hace. ¿Qué tienes en esa bolsa?

- La túnica que tu Madre te manda. Mañana será una gran fiesta. Ella piensa que su Jesús la necesita para no causar mala impresión entre los invitados. Ha estado hilando incansable desde las primeras luces hasta las últimas, diariamente, para prepararte esta túnica. Pero no ha ultimado el manto. Todavía le faltan las orlas. Se siente desolada por ello.

- No hace falta. Iré con éste, y aquél lo reservaré para Jerusalén. El Templó es más que una boda. Ella se alegrará».
- Si queréis estar para el alba en el camino que lleva a Cana, os conviene levar anclas enseguida. La Luna sale, la travesía será buena - dice Pedro.

- Vamos entonces. Ven, Juan. Te llevo conmigo. Simón Pedro, Santiago, Andrés, ¡adiós! Os espero el sábado por la noche en Cafarnaúm. ¡Adiós!, mujer. Paz a ti y a tu casa.

Salen Jesús con Judas y Juan. Pedro los sigue hasta la orilla y colabora en la operación de partida de la barca.

Y la visión termina.

   


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