Thursday April 18,2024
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LOS SUEÑOS DE
SAN JUAN BOSCO


San Juan Bosco

Fuente: Reina del Cielo

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50.- El aguila, parte I

50.- El aguila, parte II

51.- El lirio y el gatazo

52.- Los monstruos y los niños

53.- La linterna mágical

54.- Las ofrendas simbólicas

55.- La inundación, parte I

55.- La inundación, parte II

56.- Una visita a los dormitorios

57.- Los cabritos

58.- Las espadas y los números

59.- Las reglas

60.- Los rebaños, parte I

60.- Los rebaños, parte II

61.- El purgatorio, parte I

61.- El purgatorio, parte II

62.- El jardín, parte I

62.- El jardín, parte II

63.- Saltando sobre el torrente

64.- Las fieras del prado

65.- El monstruo

66.- La muerte, el juicio, el paraíso

67.- La vid, parte I

67.- La vid, parte II

68.- El infierno, parte I

68.- El infierno, parte II

68.- El infierno, parte III

68.- El infierno, parte IV

69.- Vocación de una jóven

70.- El porvenir de un jóven

71.- La novena de la natividad de la Virgen

72.- Los dos supultureros

73.- Recorriendo los dormitorios

74.- La confesión y los lazos del demonio

75.- Castigos sobre Roma y París

76.- Muerte de un Salesiano

77.- Triunfo de la Iglesia

78.- Una visita al colegio de Lanzo

79.- El estandarte fúnebre

80.- Por los dormitorios en compañia de la Virgen

81.- El demonio en el patio

82.- El ruiseñor

83.- Al volver de vacaciones

84.- La Patagonia

85.- Los propósitos en la confesión

86.- Los pecados en la frente

87.- Predicción de una nueva muerte

88.- La Misericordia Divina

89.- Los senderos

90.- Monseñor Gastaldi

91.- La guerra Carlista de España

92.- Vocaciones tardías

93.- Un árbol prodigioso

94.- El corcel misterioso, parte I

94.- El corcel misterioso, parte II

95.- La palabra de Dios y la murmuración, parte I

95.- La palabra de Dios y la murmuración, parte II

96.- Anuncio de tres muertes, parte I

96.- Anuncio de tres muertes, parte II

97.- El auxilio del Cielo

98.- Beato Papa Pío IX

99.- La fe, nuestro escudo y nuestro triunfo, parte I

99.- La fe, nuestro escudo y nuestro triunfo, parte II

100.- Las ovejas fieles y las desertoras

101.- Trabajo y templanza, parte I

101.- Trabajo y templanza, parte II

101.- Trabajo y templanza, parte III

101.- Trabajo y templanza, parte IV


PREDICCIÓN DE UNA NUEVA MUERTE

SUEÑO 87.—AÑO DE 1873.

Durante la visita que hiciera el [Santo] en el mes de diciembre de 1873 al colegio de Lanzo, contó un sueño semejan­te al anterior, haciendo referencia a una visita a los dormitorios, al canto del Miserere y a una muerte inminente.

Un joven llamado Julio Cavazzoli, de Fabbrico, diócesis de Guastalla, recomendado del Arcipreste de Campagnola, entró en el Oratorio en el 1870, pasando poco después a Lanzo, regresando al Oratorio en 1871; pero habiendo enfermado hacia fines de 1873 fue enviado nuevamente a Lanzo con la esperanza de que el clima de su nueva residencia le hubiese ayudado a recobrar la salud.

Y en Lanzo estaba cuando [San] Juan Don Bosco hizo al colegio la vi­sita a que hemos aludido, contando al mismo tiempo el presente sueño que quedó muy grabado en la mente de los alumnos.

Car­los María Baratía, que hacía pocos días había entrado en el cole­gio de Lanzo, recordaba muchos años después al director del mismo, Don Lemoyne, que no había tomado nota alguna del hecho, ciertos detalles que ofrecemos al lector.

Le pareció a [San] Juan Don Bosco que un joven misterioso lo conducía a un dormitorio del Colegio. Todos los jóvenes descansaban en sus le­chos. El guía, con una luz en la mano proyectándola sobre el rostro de los que dormían, daba a conocer al [Santo] los rostros de los muchachos.

Los primeros tenían la frente blanca, otros surcada por una raya negra, otros tenían dos rayas negras (pecados veniales); otros tenían el rostro oscurecido como la niebla o como las ti­nieblas (pecados mortales).

[San] Juan Don Bosco sacó un papel y con un lápiz apuntaba los nombres y el estado en que se encontraba cada uno. Al llegar al fondo del dormitorio fue cuando sintió cantar en el otro extremo, donde estaban los del rostro blanco, el Miserere.

—¿Qué significa este canto fúnebre?—, preguntó al joven miste­rioso que le acompañaba.

Y recibió esta respuesta:

—Ha muerto fulano de tal, el día tal.

—Pero ¿cómo es posible si hace poco estaba vivo?

—Ante Dios, el futuro es como el presente.

[San] Juan Don Bosco terminó diciendo que el hecho se verificaría de allá a un mes, pero no dio nombre alguno. Al mismo tiempo re­cordó a todos que estuviesen preparados.

Los jóvenes aseguraban que el [Santo] había dicho el nombre del tal al director.

Pasaron quince días y Cavazzoli cayó enfermo, muriendo poco después.

También Don Juan Gresino, que había entrado en el Colegio en 1872 nos exponía escuetamente el hecho, afirmando que [San] Juan Don Bosco había revelado al Director el nombre del que tenía que morir en breve.

Y  el tal, joven de dieciocho años (había nacido en 1855) quince días después estaba a las últimas. “Fue confortado — como se lee en los registros parroquiales— con la Confesión, el Viático y la Bendición Papal”, pero no quería morir.

El director le hizo observar que era una suerte morir bien preparado, pues ¿quién podía asegurar que más tarde se encontraría en las mis­mas disposiciones?

—Bien; si es así, quiero morirme, pero ¿qué tengo que hacer para morirme?

Se le sugirieron algunas jaculatorias para obtener una buena muerte y las repitió con toda devoción.

—¡Ahí, querido Jesús... José y María... les doy el corazón y el alma mía... Jesús, José y María... asístanme en mi última ago­nía... (comenzaba el estertor)... Jesús... José... y María... expire... en vuestros brazos... en paz... el alma mía.

Y murió serenamente el 21 de diciembre a las diez y media. En Lanzo —recordaba Don Gresino— [San] Juan Don Bosco dijo que aquel sueño lo había tenido la noche precedente y esto no nos debe causar extrañeza, puesto que él mismo había asegurado que casi to­das las noches soñaba que escuchaba a sus hijos en confesión.

En su inmensa caridad paterna bien merecía que el Señor le anunciase las muertes inminentes para que pudiese preparar a los que habían de morir, al gran paso.

   


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