Thursday April 25,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 
Mi Cristo Roto Camina Sobre las Aguas

  
MI CRISTO ROTO CAMINA SOBRE LAS AGUAS
"Testimonio de Catalina sobre la obra "Mi Cristo Roto"
del P. Ramón Cué. SJ

  


»  Introducción del Editorial

»  Introducción de Catalina

 


PARTE I
EL INICIO DE ESTE TESTIMONIO

1 »  Pérdida en la verdadera historia

2 »  El momento que estoy viviendo

3 »  Un canto a la vida.
Nuevos senderos, nuevos
desafíos

4 »  Hablando de vida, una breve historia de perros

5 »  Regalos del Cielo

6 »  La Cruz de cada día ... ¡dánosla hoy!

7 »  Mi pequeña tristeza y la enorme tristeza de
la Virgen María




PARTE II
MI ENCUENTRO CON EL "CRISTO ROTO"

1 »  De la mano del Señor...

2 »  Vuelven los... ¿recuerdos?... ¿coincidencias?



La Obra que Inspira este Testimonio:Mi Cristo Roto, del Padre Ramón Cué, S.J.

3.1 »  Compraventa de Cristos

3.2 »  Dios tiene mano izquierda

3.3 »  Se ha perdido una Cruz




4 »  Vuelvo a mi testimonio

5 »  Palabras finales

 

 

 

 

 

 

 

 


 

7» Mi pequeña tristeza y la enorme
tristeza de la Virgen María

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

El 4 de julio amanecí con mucho dolor de cabeza. Me había subido la presión, cosa muy rara en mí porque más bien la tengo baja. Teníamos una invitación a almorzar con gente a la que aprecio mucho y a la que me dolía tener que fallar, pero realmente no me sentía bien. Estaba haciendo un
esfuerzo por abrir los ojos, porque la luz me lastimaba, cuando me llegó la voz dulce de María:

-Hijita, ¿Quieres quedarte hoy Conmigo?

Inmediatamente le dije que sí ¡y se me alumbró el día! Me disculpé, esta vez sin sentimiento de culpa; realmente me dolía la cabeza pero, además, me
quedaba con Ella… No quise decir nada a nadie al respecto.

Fue así como, en cuanto salieron todos, corrí a tomar mi Rosario para unirme a la Virgen, porque ya lo había dicho Ella, que cuando recitamos el Santo Rosario, a la primera oración se hace presente y nos acompaña, orando a Su vez para interceder por nosotros y enviar con Sus Ángeles nuestras oraciones a los pies del Altísimo.

Terminado el 4º Misterio Glorioso escuché Su voz:

-Ofrece al Señor todos tus sufrimientos, todo cuanto has vivido en estos meses, por este país, por las autoridades, por la Iglesia y por la gente de este lugar. Hay demasiado dolor en los corazones, hay demasiado rencor, que alimentan día a día sin pensar cuántas personas, con su exilio
adolorido –porque todo exilio es doloroso- están ayudando a salvar tantas almas… Pero cuántas más podrían salvar si
en lugar de recordar su triste pasado o las circunstancias de su exilio, se propusieran evangelizar cada día un alma…

No estoy autorizada a transcribir aún todo el mensaje que recibí en aquel momento, pero sí a comentarles que Su voz estaba muy triste cuando me dijo que intensificáramos las oraciones y sacrificios para que se detuvieran las guerras, porque una guerra llevaría a todos nuestros países a una situación mucho más angustiante. Me habló de otras cosas y finalmente, con un tono maternal, me pidió que no me molestara con los otros por haber olvidado la fecha.

-Así están los hombres, así está la humanidad… Es más fácil acordarse de los festejos del mundo que de una aparición
que fue un regalo más de Dios para la humanidad y para mi pueblo.

En un momento, casi como en un sollozo, La Virgen me dijo que perdonara a aquel hijo Suyo que estaba lastimando más Su Corazón que el mío, porque Ella había querido enseñarle otro camino, a través de la humildad.

Que Ella sufría cuando uno de nosotros sufría, pero que estaba siempre cerca para consolarnos, para ayudarnos a ofrecer nuestros sufrimientos, porque ofrecidos al Señor siempre serán redentores.

Me puse a llorar mucho sintiendo el dolor de María en Su preciosa voz. Seguramente pasaron por mi mente horribles deseos, porque no me importa que me lastimen a mí pero sí a los seres que amo, ¡y a la Virgen, mucho más!

Ella me pidió que no permitiera que esos sentimientos opacasen aquel dolor que podía ofrecerlo limpio a Jesús. Que le escribiera a esa persona y le dijera que, si él pudiera ver Sus ojos, lejos de encontrar aceptación con lo que estaba haciendo, seguramente vería la tristeza que le producía… Le prometí que lo haría con Su ayuda, aunque todavía no me he animado a hacerlo.

Finalmente, cuando me daba Su bendición, me permitió escuchar un maravilloso coro que en millones de voces de distintos matices y tonos cantaban: Ave, ave, ave María… Ave, ave, ave María...

Quedé con mucha paz en el corazón. Comencé a pensar que si el Señor permitía que recibiéramos esta injusticia, de parte de aquellos hermanos de Cristo, era porque quería hacer algo muy grande y me sentí, en medio de mi dolor, feliz de poder ayudar una vez más al Señor, que es tan bueno siempre con nosotros.

   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina