Capítulo V
El Reino de Dios está cerca (41 - 68)
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
41) Si bien es cierto que no es posible seguir por el
camino de Dios, si no nos entregamos en Sus manos y
no recibimos Su soplo vivificante, debemos estar
conscientes de que nunca podremos liberarnos y
seguir por ese camino sin oración y generosidad.
42) Al respecto nos dice: "Su entrega a los demás, su
generosidad, abre Mis manos que providentemente
los llenan con abundancia, para que puedan así dar
más todavía, dar muchísimo más y volver a recibir,
para siempre salir al encuentro de las inmensas
necesidades de sus hermanos. Eso los hará sentirse libres, así justificarán su paso por la
tierra."
43) Sentirse libre quiere decir llegar a paladear el sabor
y gusto profundo de la verdadera pureza de
intención. Es verdad que para sentir la liberación
interior es necesaria la justicia, pero lo imprescindible
es la gracia, el amor y el perdón, que son lo único que
aquieta el corazón del hombre... Pero no podemos
tener todo esto si no tenemos el verdadero "encuentro
con Jesús".
44) Los primeros cristianos se sentían verdaderos
esclavos de Cristo, y trabajaban "para Él" como en ese
tiempo hacían los esclavos: estaban las 24 horas del
día a Su servicio porque Él era "su Señor"…
45) Hoy parece que el nombre de "Señor" se ha
convertido en un título de honor simplemente,
pareciera que se hubiese diluido el sentido de respeto
y de obligación que generaba el hecho de reconocerlo
como "el Señor"…
46) Jesús ya dijo una vez que no todo el que le diga "Señor, Señor…", entrará en el Reino de Su Padre,
sino el que haga la Voluntad del Padre.
47)¿Cuántos hacemos verdaderamente la Voluntad del
Padre, pese a pedir muchas veces "Venga a nosotros
Tu Reino" y decirle "hágase Tu Voluntad"? Jamás
podrá ser realidad en nosotros el Reino de Dios si no
aprendemos a hacer Su Voluntad.
48) Hay personas que dicen: "yo tengo treinta fotos...",
o "...cien estampas, con el rostro de Jesús" o "a mí me
encanta estar con Jesús, ir a pasarme horas delante de
Jesús", o "yo he mandado a imprimir cien playeras
con la cara de Jesús"...
49) Todo aquello no nos sirve de nada si no cumplimos
Sus mandamientos, si no estamos haciendo lo que Él
nos manda. Si no estamos amando a nuestro prójimo
como a nosotros mismos, como Él nos lo enseñó.
50) Debemos aprender y entrenarnos en practicar el
mandamiento quizás más difícil de cumplir: amar al
prójimo con todas sus consecuencias, perdonándolo,
ayudándolo, alentándolo, enseñándole.
51) ¡Qué fácil que nos resulta a menudo seguir el
ejemplo de aquel sacerdote y del levita –de la
Parábola del Buen Samaritano- que dejaron al hombre
herido a la vera del camino, y que pasaron de largo
para no mirarlo, porque les estorbaba…!
52) ¡Qué difícil, por el contrario, es reconocer a Dios en
el rostro del necesitado, en la cara demacrada de
aquel que reclama nuestra ayuda… aquel interno que
está esperando nuestra visita en una penitenciaría,
que necesita de alguien que lo escuche, de alguien
que le lleve un libro que le hable de Dios!
53) Cuántos de nosotros, por comodidad o temores
infundados decimos: "No, ahí sí que no, a una cárcel
no entro yo. Envío ayuda, pero yo no voy a ir allá".
Pues ahí está Dios esperándote, esperando por ese
libro que puede ayudarlo a salvarse, aguardando por
ese "Algo" que lo ayude a mantener o acrecentar su
fe.
54) Lo mismo sucede en los hospitales, en los asilos, en
los orfanatos, y aún en la calle... ¡Cuántas gentes
necesitadas de Dios están esperando por nosotros,
mientras que quizás ni las vemos!
55) ¿Nos damos cuenta de cuántas personas pierden su
alma por nuestra falta de compromiso, por nuestra
comodidad, por no llevarles "al Señor de nuestra
vida"...?
56) Y es una mentira afirmar que Jesús es nuestro
Señor si, en el mejor de los casos, nos conformamos
con enviar un sobre con dinero para que alimenten al
hambriento o vistan al necesitado… De cierto que eso
es bueno, pero es necesario también ver el Rostro del
Señor, las tantas máscaras detrás de las cuales se
oculta Dios para llamarnos a una auténtica
conversión.
57) Tengo un retrato de Jesús que es precioso y me
encanta mostrarlo a todos. Detrás de esa pintura hay
un verdadero milagro. Todo el mundo queda
encantado con ese rostro y dice: "¡Qué hermoso!".
58) Es el momento en que yo pienso, y muy seguido lo
digo: ¿Qué dirías si lo vieras detrás de un harapiento
sucio, o de un anciano de rostro deteriorado? ¿Qué dirías si lo vieras en aquel hermano que está en la
cárcel, tachado por la sociedad, acusado de homicida,
de ladrón, de estafador…? Y Él está allá, detrás de
todos esos rostros.
59) ¿O estamos como los fariseos, que decían a Jesús "maestro" porque consideraban que Jesús era un
maestro y nada más…? ¿O como Judas, que durante
la última cena llama "maestro" a Jesús, desafiándolo y
entristeciéndolo al preguntarle cínicamente si sería él
quien lo traicionaría, para más tarde volver a llamarlo "maestro" en el momento de entregarlo a los soldados
romanos, en el Huerto de Getsemaní, con un beso en
la mejilla?
60) ¿No sería mejor decir, como Pedro cuando trató de
caminar hacia Jesús sobre las aguas y vio que no
podía llegar hasta Él: "sálvame, Señor, que me
hundo"…? Para los Apóstoles Jesús era su Señor,
porque creían en Él y hacían lo que Él les decía.
61) Jesús dijo."Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida",
no dijo: "los caminos, las verdades…" Para Jesús
existe una sola vía, un solo Camino y es Él mismo.
62) Jesús describe El don más grande que Él mismo
quiere hacernos, de esta manera: "Quiero estar
siempre presente en medio de ustedes y esta es la
plenitud de su existencia, la abundancia de la cual
quiero colmarlos. Por eso como un anticipo de este
momento, mido la dimensión comunitaria de su
espiritualidad. Quienes viven la unión, quienes
practican el amor recíproco, recibirán Mi Presencia
en medio de ellos."
63) Jesús proclamaba "unos tiempos nuevos", es decir,
un presente distinto a cuanto le había precedido. Vino
a decirnos que el hombre es libre, pero para poder
liberar a los demás, debe antes liberarse
interiormente; estar plenamente consciente de que los ídolos, sean de la naturaleza que fuesen, atan,
encadenan y destruyen.
64) Vino a sanarnos de todas esas idolatrías, para que
una vez limpios y purificados, pueda Él convivir con
nosotros como el centro de nuestra vida, como el
Personaje más importante en nuestra familia, como
parte imprescindible de nuestra intimidad y nuestros
sentimientos.
65) Muchas veces confundimos los términos, o hay
demasiadas caretas en una palabra, en un rótulo que
ponemos a las personas... y por supuesto, hay
también mil interpretaciones. En mi opinión personal,
tenemos una idea distorsionada de lo que es un
hombre convertido y lo que es un hombre ateo.
66) Yo creo que el no creyente o ateo no es sólo el que
se pone ese rótulo para impresionar a su entorno, sino
también aquel que jamás lleva una "Buena Noticia" a
los pobres, el que no hace ni el menor esfuerzo por
contribuir a que el hombre se libere de las sutiles
redes en que se encuentra preso; el que prefiere no
pensar en los sufrimientos de los enfermos; quien no
hace ni el más pequeño esfuerzo por romper el velo
de ceguera que cubre los ojos de su hermano; o no
siente ganas de abrazar a un anciano solitario, a un
niño desamparado…
67) Jesús Ha venido a salvarnos, a bendecirnos, pero
hay que tener en cuenta que Dios no puede bendecir
mientras exista el pecado delante de Sus ojos.
68) Jesús, por Su muerte, Ha abierto un camino para
que en el futuro el hombre pueda gozar de las
promesas cifradas en las Sagradas Escrituras, pero
Dios no puede empeñar Su Palabra con la persona
que no hace lo posible por cumplir Sus mandatos…
Las gracias sean dadas a Ti, Jesús,
Príncipe de la Paz,
9 de enero de 2005
Día del Bautismo del Señor
Un reconocimiento especial para:
Mi esposo Hugo,
Mis hijos, Tatiana y Francisco,
Mi nuera Cecy,
Mis nietos: Eddy, Gustavo, Isabella Fernanda ,
Camila, Michelle y Laurita,
David y Martha Lago,
Mis hermanos, Eduardo y Anita
Y a todos ustedes hermanos: consejeros,
coordinadores, responsables, asesores, miembros y
simpatizantes del Apostolado de la Nueva
Evangelización, con respeto, amor, gratitud y
esperanza:
Catalina