Wednesday April 24,2024
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El Arca de la Nueva Alianza

  
EL ROSTRO VISIBLE DEL DIOS INVISIBLE
"Yo Soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, El que Es,
que Era y que ha de venir,
el Todopoderoso."

Testimonio de Catalina
  


»  Dedicatoria

»  Prólogo


Capítulo I:

1a »  A orillas del Jordán
(1 - 20)

1b »  A orillas del Jordán
(21 - 40)

1c »  A orillas del Jordán
(41 - 60)

1d »  A orillas del Jordán
(61 - 80)

1e »  A orillas del Jordán
(81 - 99)


Capítulo II:

2a »  El Cordero de Dios (1 - 20)

2b »  El Cordero de Dios (21-41)


Capítulo III:

3 »  Los Ojos del Alma


Capítulo IV:

4a »  La Hora de la Verdad
(1 - 20)

4b »  La Hora de la Verdad
(21 - 40)

4c »  La Hora de la Verdad
(41 - 59)


Capítulo V:

5a »  El Reino de Dios está cerca
(1 - 20)

5b »  El Reino de Dios está cerca
(21 - 40)


5c »  El Reino de Dios está cerca
(41 - 68)

 

 


 

Capítulo IV
La Hora de la Verdad (21 - 40)

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

21) Esos hombres Nazarenos, como todos los Israelitas,
habían estado esperando al Mesías, pero hecho a su medida. Nunca percibieron que el que esperaban había estado compartiendo con ellos varios años de Su Vida, como un carpintero, hasta ese sábado.

22) Él sabía que no sería bien recibido justamente allá,
porque ningún Profeta fue jamás bien recibido en su propio pueblo, entre los suyos. Así fue que, cuando Él empezó Su predicación y citó al Profeta Elías y luego al Profeta Eliseo, se encolerizaron, porque consideraron un atrevimiento Suyo el compararse con ellos.

23) No quisieron abrir su corazón, se pusieron de pie, sin el menor respeto al Templo, y comenzaron a levantar los puños y a amenazar a Jesús que los miraba imperturbable, más bien con compasión. Esta actitud del Señor los ponía aún más furiosos, de manera que cuando Él fue pasando por entre ellos para salir, lo empujaron hasta afuera y luego lo
persiguieron, profiriendo insultos, y acosándolo
amenazaban con matarlo.

24) Jesús pasó delante de ellos, y sin responder a sus
insultos y amenazas se fue con tristeza en el espíritu,
porque no habían entendido las Escrituras, porque no se dejaban liberar de sus miserias. Se fue sereno y majestuoso; tanto, que al final no se atrevieron a tocarlo.

25) Me doy cuenta de que hoy, igual que ayer, lo profundo del corazón humano guarda siempre la esperanza de una Buena Noticia. A través de los siglos, los hombres han ido "materializando" esta espera, y así se han ido entregando a la búsqueda desenfrenada de un "paraíso terrestre".

26) El hombre sueña todavía con prometedoras novedades, como la próxima era de los "viajes espaciales"… Todos esperan siempre un futuro mejor.

27) Gran parte de la humanidad, todavía postrada en las tinieblas, necesita una intensa luz, que únicamente encuentra quien le abre a Jesús su vida, lo acepta y vive en Él. Sólo ese hombre o mujer puede decir que es un ser liberado, lógicamente a pesar de sus limitaciones y miserias personales.

28) Así como el Antiguo Testamento fue guía para el pueblo de Dios, las Sagradas Escrituras deben hoy iluminarnos, liberarnos y guiar nuestra existencia. Jesús no sólo Ha dicho un montón de palabras, Él es la Palabra de Dios misma. Su misión consistía en anunciar y comenzar a realizar el Reino: un mundo nuevo para los hombres, una nueva manera de vivir.

29) Jesús es esa Palabra que hoy nos invita a reunirnos e incorporarnos a Su Iglesia. Jesús es la Palabra que nos juzga y así nos libera de las tinieblas, de los momentos de incertidumbre y desorientación. Jesús es la Palabra que nos exige una continua conversión. Jesús es la Palabra que llena de sentido nuestra vida y abre los corazones de los hombres a la esperanza.

30) Jesús no quiso deslumbrar a Su pueblo con el brillo
de Sus milagros: no realizó ante ellos la multiplicación
de los panes y peces, ni convirtió el agua en vino
simplemente para avalar Su misión. Más bien se basa en Su acción diaria, cuando evangelizaba a los pobres, anunciando el perdón y devolviendo "la vista a los ciegos", la libertad a los presos del pecado, y pregonando "un Año de Gracia del Señor."

31) Es el Espíritu el que lo mueve, y únicamente es en el Espíritu Santo que va a poder llevar a cabo Su misión hasta el final, porque ante la fuerza del Santo Espíritu, todo lo que viene del hombre pierde su consistencia y fracasa. Las palabras proclaman las obras y nos vienen a explicar su misterio. De ahí en adelante, nos confirmará, al cumplir con Su misión Salvífica, el Reino de Dios que anunciaba al decir: "Esta escritura que han oído hoy, se acaba de cumplir."

32) Lo mismo podemos decir los seguidores de Jesús cada vez que algún pobre reciba atención nuestra, o un pecador el perdón, o un enfermo la curación o la asistencia digna: "¡Se está cumpliendo la Escritura!".

33) Cada vez que un hombre trabaja para que los otros hombres conozcan el Evangelio, para que sepan que son hijos de un Dios bueno que los ama y que son hermanos de los otros "¡Se está cumpliendo la Escritura!".

34) Cada vez que hombres y mujeres se acercan a Jesús y acogen Su Palabra con fe "¡Se está cumpliendo la Escritura!".

35) Toda vez que un hombre repite que quiere vivir en un mundo de amor y no de guerra, cada vez que un hombre proclama que es preciso darse la mano de verdad, olvidar rencillas, rencores y posturas irreconciliables "¡Se está cumpliendo la Escritura!".

36) Jesús me dijo entonces: "Vine a liberar al hombre para que se sintiera 'precisamente hombre', capaz de utilizar su inteligencia y su voluntad con rectitud.

37) Quise que el hombre fuese capaz de levantarse contra él mismo, penetrando en lo más profundo de su ser para acabar de derribar lo que de antiguo y feo lleva dentro, para que aflore lo que posee de espléndido y admirable, arrojando lejos de sí las cadenas de su egoísmo, de todo aquello que lo hace sentirse el centro del universo, desestimando a
todos los demás seres que lo integran.

38) Quise que fuera capaz de sentirse, con todas sus consecuencias, hijo y heredero de Dios y hermano de los hombres.

39) Vine para liberar al hombre del pecado que encierra en sí la inversión de la escala de valores, que hace que en lugar de buscar el Reino de Dios y su justicia, el ser humano busque la propia y directa satisfacción por encima de todo.

40) Vine a liberar al hombre, para que desapareciera en la tierra el odio, la guerra, la violencia, la prepotencia, el dolor innecesario causado por sus propias manos: la injusticia, la miseria, la opresión, la intolerancia.

   


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