Saturday April 20,2024
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El Arca de la Nueva Alianza

  
EL ROSTRO VISIBLE DEL DIOS INVISIBLE
"Yo Soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, El que Es,
que Era y que ha de venir,
el Todopoderoso."

Testimonio de Catalina
  


»  Dedicatoria

»  Prólogo


Capítulo I:

1a »  A orillas del Jordán
(1 - 20)

1b »  A orillas del Jordán
(21 - 40)

1c »  A orillas del Jordán
(41 - 60)

1d »  A orillas del Jordán
(61 - 80)

1e »  A orillas del Jordán
(81 - 99)


Capítulo II:

2a »  El Cordero de Dios (1 - 20)

2b »  El Cordero de Dios (21-41)


Capítulo III:

3 »  Los Ojos del Alma


Capítulo IV:

4a »  La Hora de la Verdad
(1 - 20)

4b »  La Hora de la Verdad
(21 - 40)

4c »  La Hora de la Verdad
(41 - 59)


Capítulo V:

5a »  El Reino de Dios está cerca
(1 - 20)

5b »  El Reino de Dios está cerca
(21 - 40)


5c »  El Reino de Dios está cerca
(41 - 68)

 

 


 

Capítulo IV
La Hora de la Verdad (1 - 20)

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

1) Me hice presente en el Templo para dar cumplimiento a la Escritura…

2) Yo hablaba con la autoridad que Me daba la certeza de que Mi Presencia daba cumplimiento a la Ley y a lo que los Profetas habían dicho siglos antes. Era el Hijo al cual el Padre había entregado todas las cosas, y las personas sí distinguían quién hablaba. Yo no interpretaba la doctrina de los Profetas, sino que estaba presentándome como un hombre completamente investido del poder que únicamente puede venir de Dios.

3) Cuando predicando en el monte dije 'Ustedes han oído que se dijo: 'Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo…'. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque hace brillar su sol sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos y pecadores…' (Mt 5, 43- 45). Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre' (Mt 6, 1-2), los dirigentes religiosos se molestaron muchísimo.

4) Yo jamás usé el término 'Mesías' que fue anunciado por los Profetas, sino aquella cita de Daniel que habla de Mí como 'el Hijo del Hombre', para que no alimentaran su falsa creencia de que llegaría un líder político para liberarlos del yugo romano. No había nacido en una gran villa sino en
un pobre pesebre, no llegaba a tomar posesión de un reino en la tierra con soldados y guardias.

5) Lo Mío se trataba de un anuncio que llevaba consigo su propia fuerza, clara y transparente. Yo era un simple carpintero, que llegaba para predicar la bondad, el perdón, la justicia y el amor. Mi anuncio era el anuncio que pone a cualquiera frente a sus propias contradicciones, con aquella evidencia que penetra y muchas veces desconcierta.

6) Debía anunciar el Reino de Mi Padre, para eso vine: para enseñarles que todos tenían un Padre bueno, amoroso, capaz de amar hasta entregar lo más preciado para ganar la salvación de su criatura; pero al mismo tiempo debía también
realizar obras de liberación en los hombres, enseñarles la necesidad de luchar en nombre del Evangelio contra todo lo que oprime y posee a la criatura. No sólo debía predicar la Buena Nueva de Dios, sino demostrar que Yo Soy la Buena Nueva y que actúo en consecuencia.

7) Mi deber era enseñar que había venido a destruir toda soberanía, autoridad o poder que lastimara a los hombres: las posesiones, las enfermedades físicas, psíquicas, espirituales. Más aún, Mi enseñanza fue y es categórica, porque no es solamente palabra, sino gesto. Mis Palabras tienen el poder de liberar y de curar.

8) Quede la enseñanza para ustedes que Mi Nombre únicamente deberían pronunciarlo quienes reconocen Mi autoridad, la confiesan y dan testimonio de fe.

9) Un apóstol de la nueva evangelización, no puede conformarse con el sólo anuncio del Evangelio, sino que debe ser tan fuerte su carisma y la certeza de su fe, que lleve su prédica, su testimonio de vida, a liberar al hombre de todo el pecado y el mal que lo oprime.

10) Deben testimoniar Mi benignidad, lograr que sus palabras se impongan por sí mismas, con la fuerza del Santo Espíritu. Que sus palabras y sus acciones le hablen al corazón del hombre de manera que resplandezca su verdad.

11) Deben saber que toda actitud deberá demostrar que ustedes van hacia lo alto, hacia el crecimiento y a la libre plenitud del hombre, y no dar la impresión de que sus acciones son únicamente para hacerse de un nombre, dominando y sojuzgando a los demás.

12) Deben reconocer a los Míos entre los que no se hacen propaganda buscando compensación alguna.

13) Muchas veces será su premio el sufrimiento, pero eso no debe amedrentarlos. No se quebrarán ni vacilarán. Siempre confiado, el siervo Mío, transmitirá Mis Palabras y sus sentimientos incluso a quienes están a punto de extinguirse. Su postura es firme e inquebrantable en el cumplimiento de
sus deberes
".

14) En ese momento, Jesús me instruyó regalándome la Gracia de mostrarme pasajes de Su Vida y fui contemplando ante mí muchas escenas. Por ejemplo, vi cómo en esa época existían las sinagogas o casas de oración en todos los pueblos y aún en las pequeñas aldeas, donde acudían los judíos para hacer su oración y la lectura y aprendizaje de las Sagradas
Escrituras. Yo pensaba que solamente había esas sinagogas en las grandes ciudades. Ahora se me revelaba un mundo completamente desconocido, una época ignorada.

15) En estas reuniones, el que presidía la oración o la
reflexión, invitaba a una persona cualquiera a que se
dirigiese a los demás. Los escribas interpretaban y
exponían al pueblo las citas de las Sagradas Escrituras, pero no daban una opinión personal, sino que citaban más bien las opiniones de los Profetas, ancianos o sabios maestros.

16) Pude ver a Jesús que iba predicando en las sinagogas partiendo de Galilea hasta Nazaret, el pueblo donde se había criado.

17) En una de estas sinagogas, ocurrió que lo invitaron a
leer las Escrituras. Todos estaban sentados en el suelo, Él caminó hasta el lugar donde se colocaba aquel que leía y explicaba las Escrituras. Su figura de pie allá, imponente, serena, era distinta a la de los otros hombres, aunque iba vestido como todos ellos. Se veía que Su Presencia poseía una autoridad que nacía de adentro, como si lo iluminara una luz propia…

18) Todos pusieron su atención en ese Hombre que imponía respeto. Su mirada clara repasó por un momento a toda la asamblea, apenas un parpadeo y muy dentro de Él esa oración continua con el Padre.

19) Se oyó Su voz, llena de matices, dando lectura al rollo que contenía la profecía de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del
Señor
" (Is 61, 1-2) (Lc 4,18-19).

20) Luego de enrollar la Escritura y entregarla al Ministro, nuevamente miró a toda la asamblea, levantó un poco la cara y con autoridad dijo: "Esta escritura que acaban de oír, se ha cumplido hoy". Vi claramente a toda la asamblea en absoluto silencio, no sé si desconcertados pero sí maravillados por la personalidad tan segura del Señor.

   


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