Capítulo III
Los Ojos del Alma
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
1) Un día durante la oración Jesús me pidió que lo
mirara con los ojos del alma. Dijo: "Los ojos del
cuerpo se limitan a ver, sólo los ojos del alma son
capaces de contemplar.
2) Por Mi Infinito Amor, Me he ofrecido como
Sacrificio perfecto para purificarlos a todos del
pecado.
3) Hay tantos hombres y mujeres que son como
Pilato: teniendo la Verdad frente a sí, únicamente
se les ocurre decir: '¿y qué es la verdad?' Al igual
que él se niegan a verla, porque tienen miedo,
porque la verdad exige, porque la verdad obliga,
porque la verdad compromete….
4) Quiero quedarme en ustedes, donarles ese amor
que como olas va bañando su corazón para que, por
amor a Mí, amen a sus hermanos; ese amor que los
lleva a vivir un sentimiento recíproco con los demás
y que, por ser una expresión visible y concreta de
su testimonio evangelizador, da validez a las
palabras que más tarde ofrecerán para llevar la
Buena Nueva a todos los hombres."
5) Hoy medité en este mensaje y reflexionando veo
cuán fácil es para tantos cristianos decir: "Yo creo" y
aún añaden "pero no quiero fanatizarme". Claro...
también los demonios creen ¡y por eso escapan…! ¿Cuál es la diferencia entre estos dos grupos? ¡Ninguna!... Es mentira, no creen, porque la Verdad
compromete, quien cree no puede quedarse estático
en su vida ordinaria de siempre, rodeado de cosas
ordinarias, dejando una limosna para lavar su
conciencia y confesando su comodidad de vez en
cuando.
6) Creer es tener la certeza de que tu pecado ofende a
Dios, es creer en cada una de Sus Palabras. Creer es
humillarse ante Su Divina Majestad, con el corazón
limpio por medio del Sacramento de la
Reconciliación, el acto de Misericordia inconcebible
para el mundo ordinario, por medio del cual Jesús
quiere devolverte la dignidad de que te sientas
nuevamente amigo, hermano, hijo y heredero Suyo.
7) Creer es anhelar el momento de unirte al Corazón
amante de Jesús cuando recibes Su Cuerpo y Su
Sangre, cuando alimentas tu alma con el Cordero de
Dios, y tener deseos de ser mejor cada vez que se da
esta dichosa unión.
8) Creer es esforzarte en caminar, a tropezones, de
rodillas o arrastrándote por el difícil y estrecho
camino de la santidad, y cuando resbalas y sales del
sendero, volver a humillarte ante Él y pedir Su ayuda
y Su Gracia para corregir el camino.
9) Amar es encender una hoguera en el corazón, pero
que permanezca encendida, aunque uno tenga que
quemar muchas cosas para lograrlo, y lo primero,
nuestro egoísmo. No puede decir que ama a Dios
quien no está completamente dispuesto a hacer Su
Voluntad, con todo lo que ello le cueste.
10) ¿Cómo podemos decir que somos cristianos si aún
seguimos peleando con nuestro hermano,
dividiéndonos, rivalizando entre distintos grupos o
apostolados, o los laicos con los consagrados, o aún
entre los mismos consagrados…?
11) Así actuamos como si no fuésemos una sola Iglesia
y como si no todos hubiéramos sido redimidos con la
Sangre de un solo Corazón…
12) No se trata de cinco "Jesuses" que han derramado
Su Sangre. Es el mismo Jesús y la misma Sangre: una
gota igual a la otra, que fueron vertidas para
salvarnos, y sin embargo nos estamos mordiendo
dentro de la Iglesia. ¿Por qué? Porque no hemos
encontrado a ese Jesús, no hemos tenido ese
verdadero "encuentro" con Él.