77» Sigan a Juan

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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MAN-77 Jesús

1) ¡Qué hermoso rebaño, que conjunto de almas tan llenas de amor! Leerás esto en la adoración de la Eucaristía, no antes. Aprende a adorar estas palabras que son la repetición de Mis parábolas, puesto que son palabras de Vida Eterna. Aquí, frente a Mi trono Eucarístico para entenderlas con Mi luz y con Mi gracia para hacerlas realidad en sus obras.

2) Quiero que vivan la familiaridad íntima que Juan tuvo Conmigo, y como a Mis apóstoles les digo: Esta es Mi morada, donde quiero que Me visiten, porque son Mis delicias estar con los hijos de los hombres vine a este Sagrario.

3) Si se sienten como Pedro, les digo: es necesario que oren para librarse de la tentación, porque de lo contrario caerán y negarán su fe en los días que se avecinan. Dejen que los haga santos como a Pedro, quien sacrificándose, gozó en ser flagelado y muerto en cruz, por amor a Mí. Oren y ofrézcanme en humildad sus seres en propuesta de vivir unido a esta Eucaristía que los ama tanto.

4) Contemplen a Magdalena llorando a Mis pies, el
arrepentimiento que la saca de sí y quien, intentando
desagraviarme, no repara en nada ni en nadie, dejando a Mis pies sus lágrimas, su honra y sus perfumes, me entrega su vida. Si así lo hacen, les aseguro que sus pecados les serán perdonados, porque amaron mucho. No sólo alcanzarán el perdón cuanto a la culpa, sino al dolor y la pasión desde
aquel momento alcanzada por ella.
Pídanme una perfecta contrición be que los libre del purgatorio y que los haga pisar las pasiones con valor y constancia perfecta. Desde este Sagrario, los uniré a Mi Santísima Madre y a los inocentes. Ámenme mucho, serán tanto o más que los que trabajaron desde primera hora en el Campo Santo, aunque hayan empezado tarde a servirme de veras.

5) Desde este Sagrario, repitan como el leproso: "Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí, si tú quieres puedes sanarme". Contemplen aquella reverencia e imitando, hijos Míos, oren ante este cuerpo Mío, dejando a Mi providencia el remedio de sus necesidades, a Mi Corazón rodeado de llamas,
grítenle que quieren que los sane, no la superficie sino el fondo de sus seres, para que el cieno de la tierra no envilezca su alma. Ustedes creen que no oigo sus súplicas y están equivocados... No traten de imponerme sus metas ni sus planes, Mis respuestas son misteriosas, aprendan a aceptarlas...

6) Desde esta cárcel de amor les digo como al paralítico: hijos, sus pecados les son perdonados y para que sepan que tengo poder, hijos, levántense, tomen su lecho y anden... Quiero que miren en esa parálisis la tibieza de sus almas, a veces inactivas en lo que se refiere a su santificación. Arranquen el cuerpo de esos lechos, saquen esa dejadez y
decaimiento que entumecen su vida espiritual y anden con fervor detrás Mío, llevando sus cruces en pos de este amor que brota en rayos de luz sobre ustedes, encendiéndolos...

7) Contemplen este Sagrario abierto para ustedes, este cuerpo Mío delante de los hijos de los hombres y piensen cuán infames serían si se ocupasen más del cuerpo que del alma. Hablen como el Centurión cuando llegó a Mi encuentro para decirme: Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y tu siervo será sano... No sean soberbios y los veré con la humilde caridad para amarlos y
perdonarlos. Para llenarlos de bienes ¡Confíen, confíen en Mi poder y en Mi amor, para que no les alcance mi represión tan sentida: "No vi tanta fe en Israel, cual se muestra en este gentil"...todo es posible, hasta el hacerlos Santos...

8) Frente a ustedes les digo, no son las tentaciones las que los hacen pecadores, sino su libre consentimiento. Es su voluntad la que mata su alma... ¡Dichosos aquellos de ustedes que se toparon en este camino de infierno Conmigo o con Mi Santa Madre!... Recuerden a aquellos que llevaban al
difunto, el hijo de la viuda de Naim y se detuvieron...
Como a él les digo: "A ustedes les digo: levántense!" los tomo y los entrego a Mi Madre. Su conversión es Mía. Sólo Yo puedo dar vida a las almas y se la doy en abundancia.

9) Yo siembro y ustedes son Mis semilleros, cuiden de que la tierra que riego con Mi sangre, sea digna de esa oblación. Cuiden de que esas semillas de vida eterna no caigan junto al camino y los pájaros se las coman; escuchen la doctrina del Padre para que las almas bajas no les hagan olvidarlas. Cuiden de que no caigan entre piedras y sean semillas sin raíces que se secan al sol; venzan la inercia, la falta de vigor y pasen vallas y obstáculos para practicar Mi Doctrina.

10) Cuiden de que los bienes de la tierra no les roben la vida de sus almas absorbiendo todo su vigor, no permitan que lo sobrenatural y divino quede de lado desamparado, ahogado por la vegetación del lujo y del amor a los bienes de la tierra.

11) Hijitos Míos, sean como la buena tierra en la cual debe producir un fruto no de ciento, sino de trescientos. Dichosos ustedes que reciben con sencillez y amor Mi palabra y la guardan. Dichosos ustedes que saben el valor de esta hora de recogimiento. Dichosos ustedes que adoran el cuerpo
vivo de su Cristo, porque mañana este cuerpo los sentará a Su diestra y les servirá el alimento en la casa del Padre. Abandónense, reciban Mi luz que los acompañará hasta sus hogares para permanecer en ellos. Reciban el beso de Mi Santa Madre, que ha depositado durante esta vigilia en sus frentes.

12) (En el momento que pedía por la sanación de una persona, el Señor pide se cante "Sáname Señor Jesús"...)