114» Soy El Pastor

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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MAN-114 24-Ago-94 Hrs. 10:12 Jesús

1) Soy el Pastor que se entregó sin vacilar para salvar su rebaño. Soy el Pastor que viene a ustedes para evitar que se descarríen y sean devorados por los lobos que los asechan a cada instante.

2) Soy tu pastor, hijo Mío, quiero hoy recibirte en el número de Mis ovejas, curar tus llagas y darte a comer un alimento infinitamente delicioso: Mi paz y Mi amor.

3) Si tu alma muere de hambre y debilidad, Yo restableceré sus fuerzas; deseo purificar tu corazón y tus entrañas para que puedas gustar del pasto divino que quiero darte y recibir los efectos que éste produce en los corazones entregados a Mi Misericordia.

4) Si has desobedecido ingratamente en muchas ocasiones Mi voz de alerta; si has menospreciado en otras tantas Mis caricias y amenazas; si has herido y despedazado a otras ovejas de Mi rebaño; si has hecho desandar a muchas contigo; si has infectado a otras con tu ejemplo; si has emponzoñado a otras por tus malas pláticas... no recordaré más.

5) Desde el momento en que llego a ti para impedir que perezcas, como si toda Mi dicha consistiese en poseerte, te demuestro el exceso de este amor. Ha sido mucho el trecho corriendo detrás de una oveja que huía maliciosamente de Mi encuentro... Sólo te pido que Me abras hoy tu corazón para descansar en él de las fatigas que He tomado para buscarte y
poseerte, alimentarte, vivificarte y hacerte dichoso.

6) Mírame con detenimiento. Otros pastores toman la piel de sus ovejas para hacerse amar y seguir; Yo tomé su naturaleza. Aquellos se alimentan con la leche de las suyas; Yo alimento a las Mías con mi propia carne y sangre. Ellos, se cubren con su bellísimo ropaje; Yo visto a las mías de mí mismo. Ellos las venden y matan por su propia utilidad; Yo
Me He dejado vender a Mí mismo para rescatar las Mías y Me He entregado a la muerte para salvarles la vida.

7) Déjame tener la vista sobre ti para guardarte: te haré apacentar en pastos jugosos, te conduciré a fuentes de vida, buscaré para ti abrigos favorables donde descansar de tus trabajos y te pongas a cubierto de los ardores del verano y rigores del invierno; te tendré entre Mis brazos, en Mi seno.

8) Si estás ciego Yo te daré la vista. Te curaré cuando
enfermes, te llevaré cuando no puedas andar, te alimentaré si tienes hambre, te aguardaré cuando no puedas seguirme, si caes en debilidad te fortificaré; si eres terca y desobediente, te corregiré. Si estás por perderte te guiaré y te defenderé cuando los lobos te acometan. Si quieres escaparte de Mí, te encadenaré con los dulces vínculos de Mi amor.

9) Me ha llevado mucho tiempo tu salvación, He derramado sangre por rescatarte y He llorado mucho tiempo tu pérdida, hoy quiero consolarme con tu regreso... Ven, Hijo Mío, He bajado del monte santo, porque deseo apacentarte con el divino alimento que He preparado para que sea tu fuerza, tu alegría y tus delicias. Soy a un mismo tiempo tu pastor, tu pasto y tu vida.

ORACIÓN EN LA EUCARISTÍA

10) Jesús de mi alma, gracias por venir a visitarme hoy. No me dejes en el estado lamentable en el cual me has encontrado; hazme conocer los efectos de Tu amada y preciosa visita.

11) Tú me has reconocido y tratado hoy como a Tu hijo, Divino amor, continúa en mí, te lo suplico. Guárdame, gobiérname, condúceme y considera mis necesidades de acuerdo a Tu voluntad.

12) No me abandones a mi propia conducta, porque sólo Tú eres mi camino. No puedo sino perderme si me dejas a mi libre albedrío: quédate cerca mío para guiarme y conducirme...

13) He prometido, amor mío, escuchar Tu voz y obedecer Tus mandatos: estoy en este designio, mándame lo que quieres que haga y lo haré puntualmente, con ayuda de Tu Santísima Madre.

14) No escucharé a la carne o a la sangre, no escucharé a mi amor propio. Tan sólo daré oídos a Tu Divino Espíritu... No quiero darte el disgusto de perderme; seré constante en la obediencia que Te debo y no me acercaré a los pozos del abismo.

15) Perdona si el hielo de mi ingratitud secó la sangre de Tus llagas. Permite que de hoy en adelante, el calor de mi amor entibie y haga brillar Tu preciosa sangre.

ORACIÓN PIDIENDO AL SEÑOR NOS CONCEDA EL DON DE RECONOCER NUESTROS PECADOS

16) Señor mío, manantial eterno de luz que sondeas el corazón y lo más íntimo del hombre, a quien nada está oculto; vengo a rogarte que ilumines mi entendimiento para que pueda yo conocer el estado de mi conciencia y los pecados de que soy culpable ante Ti.

17) Señor, haz que la luz nazca en mi entendimiento para que disipe mis profundas tinieblas. Haz que me vea tal como estoy en Tu presencia, a fin de que reconociendo la enormidad de mis pecados, pueda acusarme de ellos ante el tribunal de la confesión y obtener el perdón. Haz lucir sobre mí un rayo de aquella luz que derramarás en mi alma en el momento de su separación del cuerpo, cuando vaya a presentarme ante Tu tribunal, para que conociendo la deformidad de mis pecados, los expíe en el sacramento de la Penitencia.

18) Derrama en mi corazón los sentimientos de una sincera y verdadera contrición, para que los llore y deteste de una manera que merezca el perdón. No permitas que me engañe a mi mismo por una falsa penitencia, que no servirá sino para hacerme más culpable. Te suplico, Señor, que pongas en mi
corazón todo el dolor necesario para sacar fruto de este Sacramento.