1.21» Jesús Pronuncia Sus Ultimas Palabras
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
1) Hija Mía, has oído y has visto Mis sufrimientos,
acompáñame hasta el fin y comparte Mi dolor.
2) Ya está enarbolada Mi Cruz. ¡He aquí la hora de la
Redención del mundo!
3) Soy el espectáculo de burlas para la muchedumbre...
pero también de admiración y de amor por las almas.
Esta Cruz, hasta ahora instrumento de suplicio, donde
expiraban los criminales va a ser, en adelante, la luz y la
paz del mundo.
4) En Mis Sagradas Escrituras encontrarán los pecadores
el perdón y la vida. ¡Mi Sangre lavará y borrará las
manchas de sus pecados!
5) ¡En Mis Sagradas Llagas vendrán las almas puras, a
refrigerarse y abrasarse en Mi amor! En ellas se
refugiarán y fijarán para siempre su morada.
6) Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen,
no han conocido al que es su vida... Han descargado
sobre él todo el furor de sus iniquidades. Mas Yo te lo
ruego, ¡oh, Padre Mío!, descarga sobre ellas la fuerza de
Tu Misericordia.
7) Hoy estarás Conmigo en el Paraíso, porque tu fe en
la Misericordia de tu Salvador ha borrado tus crímenes...
Ella te conduce a la vida eterna.
8) Mujer, ¡He ahí a Tu Hijo!... Madre Mía, ¡he ahí a
Mis hermanos! Guárdalos, ámalos... no están solos.
9) ¡Oh!, ustedes, por quienes He dado Mi vida Tienen
ahora una Madre a la que pueden recurrir en todas sus
necesidades. Los He unido a todos con los más estrechos
lazos al darles Mi propia Madre.
10) El alma tiene ya derecho a decir a su Dios: ¿Por qué Me Has abandonado? En efecto, después de
consumado el misterio de la Redención, el hombre ha
vuelto a ser hijo de Dios, hermano de Jesucristo,
heredero de la vida eterna...
11) Oh, Padre Mío... Tengo sed de Tu Gloria... y he aquí que ha llegado la hora... En adelante, realizándose Mis palabras, el mundo conocerá que Tú eres el que Me
enviaste y serás glorificado.
12) Tengo sed de Tu Gloria. Tengo sed de almas... y para
refrigerar esta sed, He derramado hasta la última gota de
Mi Sangre. Por eso puedo decir: Todo está consumado.
Ahora se ha cumplido el gran misterio de Amor por el
cual Dios entregó al mundo a Su propio Hijo, para
devolver al hombre la Vida... Vine al mundo para hacer
Tu Voluntad, oh Padre Mío. ¡Ya está cumplida!
13) A Vos entrego Mi alma. Así las almas que cumplen
Mi Voluntad podrán decir con verdad: "Todo está consumado…" Señor Mío y Dios Mío, recibe Mi
alma... la pongo en Tus amadas manos.
14) Por las almas agonizantes ofrecí al Padre Mi muerte,
y ellas tendrán la Vida. En el último grito que lancé desde la Cruz, abracé a toda la humanidad pasada,
presente y futura; el espasmo lacerante con el cual Me
desprendí de la tierra, fue acogido por Mi Padre con
infinito Amor y todo el Cielo exultó por El, porque Mi
Humanidad entraba en la Gloria. En el mismo instante
en el cual entregué Mi Espíritu, una multitud de almas se
encontró Conmigo: quien me deseaba desde hacía siglos
y siglos, quien desde hace pocos meses, o días, pero
todos intensamente. Pues bien, esta sola alegría bastó para todas las penas sufridas por Mí.
15) Deben saber que en memoria de aquel encuentro
gozoso, Yo He decidido asistir, y muchas veces hasta
visiblemente, a los moribundos. Otorgo a estos la
salvación, para honrar a los que tan amorosamente Me
acogieron en el Cielo. Así, oren por estos moribundos
porque Yo los amo mucho. Cuantas veces hagan el
ofrecimiento del último grito que lancé al Padre serán
escuchados; porque por él se Me conceden muchísimas
almas.
16) Fue un momento de gozo, cuando se presentó a Mí toda la Corte Celestial que, compacta y vibrante,
esperaba Mi muerte. Pero entre todas las almas que Me
rodeaban, una estaba particularmente albo-rozada; tanto
que centellaba de gozo, de amor... Era José quién, más
que ningún otro, entendía qué gloria había adquirido
después de tan acerbas luchas. El condujo a todas las
almas que esperaban por Mí; a él se le concedió ser el
primer Embajador Mío en el Limbo. Los Angeles, en
cada orden, Me rindieron honor de modo que Mi
Humanidad, ya resplandeciente, fue circundada de
innumerables Santos que Me adoraban y exaltaban.
17) Hijos Míos, no hay cruces gloriosas en la tierra, están
todas envueltas en misterio, en tinieblas, en
exasperación. En misterio, porque no la entienden; en
tinieblas, porque ofuscan la mente, porque golpean
justamente en lugares donde no se querrá ser golpeado.
18) No se lamenten, no se retarden; les digo Yo, que llevé
no solo la Cruz de madera que Me condujo a la Gloria
sino, sobre todo, aquella Cruz invisible pero permanente,
que estaba formada por las cruces de sus pecados. Sí, y
de sus sufrimientos. Todo lo que ustedes sufren fue
objeto de Mis penas, puesto que no sufrí solamente para
darles la Redención, sino también por lo que ustedes
deben sufrir ahora. Miren el amor que me une a ustedes;
en ello tengan la confirmación de Mi Santo Querer y únanse a Mí, observando cómo Yo Me comporté entre
ilimitadas amarguras.
19) He tomado como símbolo un madero, una cruz. Lo He
llevado, con gran amor, por el bien de todos. He sufrido
verdadera aflicción, para que todos pudiesen alegrarse en
Mí. Pero hoy, ¿cuántos creen en el que verdaderamente
los amó y los ama?... Contémplenme en la imagen del
Cristo que llora y sangra. Allí y así, Me tiene el mundo.