Décima Estación »
Jesús es Despojado de sus Ropas
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
† ¡Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos!
Porque por tu santa Cruz redimiste al
mundo!
Mira con qué crueldad Me rodean estos
hombres endurecidos.
Unos tiran de la
Cruz y la tienden en el suelo; otros Me
arrancan los vestidos pegados a las heridas,
que se abren de nuevo y vuelve a brotar la sangre.
Miren, hijos queridos, cuánta es la vergüenza y la
confusión que padezco al verme así, ante aquella
inmensa muchedumbre. ¡Qué dolor para Mi alma!
Los verdugos que arrancan la túnica, que con
tanto esmero Me revistió Mi Madre en Mi infancia y
que había ido creciendo a medida que Yo crecía, la
echan a suertes. ¿Cuál sería la aflicción de Mi Madre,
que contempla esta escena?
Contemplen un instante estas manos y estos pies
ensangrentados... Este cuerpo desnudo, cubierto de
heridas, de orines y de sangre. Sucio... Esta cabeza
traspasada por agudas espinas, empapada de sudor,
llena de polvo y cubierta de sangre...
† Oh Jesús, el más obediente, manso y
humilde de corazón, ten piedad de nosotros.