Friday April 19,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: Dr. Scott Hahn
Fuente: Centro San Pablo
de Teologia Biblica

« LECCION 3 de 6 »

Un solo sacrificio
para todo el tiempo

Lección: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ] [ 4 ]
[ 5 ] [ 6 ]


I. Digno es el Cordero

»Los títulos de Jesús

»El Cordero de Dios

II. Jesús, el último y perfecto sacrificio

»Jesús e Isaac

»Jesús y el cordero pascual

»Jesús y el Todah

III. El Sacrificio de Cristo y la Misa

»La Alianza de Amor

»El Orden de Melquisedec

»Único y eterno sacrificio

»Re-presentando la Cruz

»Sacerdotes ofreciendo
sacrificio

IV. Preguntas para reflexionar

»Para Meditación Personal

 

III. El sacrificio de Cristo y la Misa
Único y eterno sacrificio


La muerte del Señor, es lo que se celebra en la Eucaristía. Lo escuchamos en cada Misa, pero los primeros cristianos no pudieron haber dejado de percibir el sentido irónico de esto. 

Cristo, nuestro Señor, ha sido brutalmente torturado y asesinado, y celebramos ese evento a través de una “Eucaristía”, o sea una “acción de gracias”.

¿Por qué estamos agradecidos? Porque la muerte de Cristo no fue sin sentido, ya que fue un sacrificio por todos. Nuestra Eucaristía, como el antiguo todah, es una acción de gracias porque Dios nos ha liberado de la muerte.

Que la muerte de Cristo en la cruz fue, hablando estrictamente, un sacrificio -es decir un ofrecimiento de la misma naturaleza de los sacrificios del Antiguo Testamento, aunque siempre los sobrepase y los cumpla todos- nunca lo dudaron los primeros cristianos.

Toda la Carta a los Hebreos, por ejemplo, está llena de la imagen de Cristo quien es a la vez Sumo Sacerdote y sacrificio.

Hebreos 9:13-14 compara los sacrificios de animales con el sacrificio de Cristo, que “se ofreció a si mismo sin tacha” como sacrificio puro. 

San Pablo también describe la muerte de Cristo como un sacrificio en muchas de sus cartas (ver por ejemplo, Ef. 5:2; 2 Cor. 5:21). 

Hemos visto cómo los evangelistas, especialmente San Juan, cuidadosamente señalan el paralelismo entre el sacrificio pascual y la muerte de Cristo en la cruz. 

Finalmente, la imagen del “Cordero degollado” del Apocalipsis no tiene sentido si el Cordero no fue matado en sacrificio. Este sacrificio de Cristo en la cruz es el sacrificio culminante, que se ofrece una vez para siempre.

Ocurrió en un tiempo específico en la historia y no ocurrirá otra vez. Todos los sacrificios del Antiguo Testamento fueron anticipaciones de este.

Otra vez, encontramos esta creencia en la Carta a los Hebreos. El autor explica que los israelitas ofrecieron los mismos sacrificios año tras año, pero que estos nunca los pudieron hacer a ellos perfectos ni justos ante Dios.

Por esto tenían que repetirlos. Si los sacrificios hubieran podido borrar sus pecados, no habrían tenido que seguir ofreciéndolos.

“Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados, pues es imposible que la sangre de toros y cabras borre los pecados” (Heb. 10:1-4).

Ningún sacrificio ofrecido por los sacerdotes de Israel podía borrar los pecados del pueblo.

Pero Jesús se ofreció como “un solo sacrificio por los pecados” y mediante “una sola oblación ha llevado a la perfección definitiva” no solamente a los israelitas sino a todos los hombres (cfr. Heb. 10:11-14).

Solamente el único sacrificio de Cristo podía hacernos verdaderamente el pueblo santo de Dios y su único sacrificio fue hecho “una vez para siempre” (cfr. Heb. 10:10).


   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina