27» Filomena atravezada por flechas
“El tirano, furioso y desesperado, gritó que todo era magia y hechicería, y más obstinado que el Faraón con Moisés, ordenó que fuera atravesada por flechas y arrastrada por todas las calles de Roma.
Pero cuando me vio atravesada con las saetas, desfalleciendo y muriendo, me lanzó cruelmente a prisión, para que muriera desamparada y sin ningún auxilio”.
“A la mañana siguiente, esperando encontrarme sin vida, ya que me había visto en pésimo estado, quedó estupefacto al encontrarme sonrosada y alabando a Dios con salmos y cantos, como si nada hubiera ocurrido.
En la noche, el Dios Todopoderoso me había dado un dulce sueño, y había mandado a un ángel, para que sanara mi cuerpo, untándolo con un fragante unguento, no dejando ninguna huella de las heridas”.
“Por el mucho amor que tenía a Jesús, había deseado tener mil vidas para ofrecérselas… una sola vida me parecía poco… y estaba feliz de sufrir en unión con Él.
Por eso fui preservada tantas veces de la muerte, y sufrí varias torturas”.