Friday March 29,2024
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ANGELES DE AQUI Y DE ALLA


»  Oración al Santo Angel de la Guarda

»  Introducción


1»  Los ángeles

2»  La devoción a los Angeles

3»  Experiencias de Angeles

»  Parte 1

»  Parte 2

»  Parte 3


4» Más experiencias

a»  San Juan Bosco

b»  Padre Lamy

c»  Jose María Escrivá


5» Testimonios recientes

»  Parte 1

»  Parte 2

»  Parte 3

»  Parte 4

»  Parte 5

»  Parte 6


6»  Ángeles del más allá

»  Niños - Parte 1

»  Niños - Parte 2

»  Niños - Parte 3

»  Niños - Parte 4

»  Niños - Parte 5

»  Adultos - Parte 1

»  Adultos - Parte 2

»  Adultos - Parte 3


7»  Ángeles en el purgatorio

8»  Ángeles del cielo

»  Parte 1

»  Parte 2

9»  Recomendaciones prácticas

»  Parte 1

»  Parte 2

»  Parte 3


10» Oraciones

a»  Oración

b»  Oración

c»  Oración

d»  Oración

e»  Oración

f»  Oración

g»  Oración

h»  Oración


11»  Consagracion a todos los angeles

12»  Conclusión

13»  Bibliografía

 

6» Angeles del más allá
Adultos - Parte 3

Autor: P. Angel Peña O.A.R  

  • Beverley Brodsky había crecido en un ambiente familiar materialista.

    En julio de 1970, debido a un accidente de moto, se fracturó el cráneo y varios huesos. Estuvo dos semanas en un hospital de Los Ángeles…

    Sintió que flotaba en su habitación, mirando a su cuerpo desde arriba. De pronto, un ser de luz la envolvió con una fuerte luminosidad.

    Y ella dice: “Un ángel de luz gentilmente me dio su mano y con él viajé una larga distancia hacia la LUZ divina. Aquella LUZ era todo amor, compasión, sabiduría y verdad.

    Y desde lo profundo de mi alma, surgió la certeza: “Yo, exactamente yo, estoy en la presencia de Dios”. Entonces, le he dirigido varias preguntas, pidiendo explicación por tantas injusticias que había visto en el mundo.

    Me di cuenta de que Dios conoce todos nuestros pensamientos…

    Recuerdo la respuesta: “Hay una razón para todo lo que sucede”…

    De pronto, sin saber cómo ni por qué me encontré dentro de mi cuerpo, pero me sentía como en éxtasis, llena de alegría y amor
    67.

  • Un hombre de unos 40 años tuvo una experiencia más allá de la muerte. Su enfermera escribió:

    Estaba totalmente consciente y con baja temperatura. Era una persona religiosa y creía en la vida después de la muerte.

    Nosotros esperábamos que moriría pronto y él probablemente también, pues nos pedía que rezáramos por él.

    En la habitación, donde él estaba, había una escalera que comunicaba con el segundo piso. De pronto, exclamó: “Miren, los ángeles bajan por las escaleras.

    El vaso se ha caído y se ha roto”. Todos los que estábamos con él miramos hacia las escaleras, donde habían puesto un vaso en uno de los escalones.

    Cuando fuimos a ver, vimos que el vaso estaba roto en miles de pedacitos sin causa aparente. El vaso no se cayó, simplemente explotó.

    Nosotros no vimos a los ángeles, pero el paciente tenía una expresión de paz y de felicidad extraordinaria y, a los pocos minutos, expiró
    68.

  • Maurice Rawlings , en su libro Beyond death´s door, nos cuenta el caso de un hombre cuyo marcapasos no funcionaba bien y fue al hospital para que se lo cambiaran.

    De pronto, se dio cuenta de que el corazón empezaba a perder latidos. Cayó inconsciente.

    Dice: Recuerdo haber gritado: ¡Emergencia, emergencia! Y he salido de mi cuerpo. Me parecía que una enfermera me había tomado por detrás y habíamos ido volando por la ciudad, andando velozmente. Pero me di cuenta que no era una enfermera, pues vi sus pies y la punta de un ala moverse detrás de mí. Estaba seguro de que era un ángel.

    Después, el ángel me dejó en una calle de una ciudad fabulosa, donde los edificios resplandecían de oro y plata, y los árboles eran magníficos. Una luz maravillosa iluminaba el paisaje.

    En aquella ciudad, encontré a mi madre, a mi padre y a mi hermano. Y, cuando iba a su encuentro, el ángel me regresó a mi habitación del hospital, donde observé desde lo alto que los médicos estaban trabajando en mi cuerpo.

    Personalmente, no creo que se pueda permanecer siendo ateo, después de una experiencia como ésta
    69.

  • Cuenta el doctor Melvin Morse: El doctor Frank Oski, profesor de pediatría y alumno mío en la John Hopkins University, tuvo una experiencia extraordinaria…

    Una noche se acostó, pensando en el destino de uno de sus pacientes moribundos.

    Aunque había hecho cuanto estaba de su parte, el niño no mejoraba. Se sentía impotente y se durmió preguntándose por qué tenía que morir aquel pequeño.

    Cosa de una hora después, le despertó una luz tan brillante como la del sol, que hizo resplandecer su habitación en el centro de aquella luz, Oski pudo distinguir la silueta de una mujer.

    Tenía alas en la espalda y parecía tener unos veinte años. Con voz serena y tranquilizadora, la mujer explicó al atónito Oski por qué tenían que morir los niños.

    El ángel (no sé llamarlo de otro modo) afirmó que la vida constituye un ciclo de progreso y que los seres humanos distan aún de ser perfectos.

    Declaró que a la mayoría de las personas se les revela este secreto cuando mueren, pero que los niños, gravemente enfermos, lo conocen, soportando sus males sin quejarse, pues saben que cesarán.

    Algunos pequeños, dijo, se enfrentan además con el reto de enseñarnos a amar a los demás.

    El amor de un niño, aseguró el ángel, ensancha nuestra humanidad y constituye una importante lección para todos nosotros
    70.

  • El doctor Raymond Moody dice:

    Algunos de los entrevistados por mí han llegado a creer que los seres con los que se encontraban eran sus ángeles guardianes.

    A un hombre el espíritu le dijo: Te he ayudado en este estado de la existencia, y ahora te haré pasar a otro.

    Una mujer me dijo que, mientras estaba abandonando el cuerpo, detectó la presencia de seres que se identificaron como ayudantes (guías) espirituales71.

  • En su experiencia fuera de su cuerpo, los pacientes moribundos son conscientes de la presencia de seres que los rodean, los guían y los ayudan. Los niños los llaman compañeros de juego. Las iglesias los llaman ángeles custodios.

    Muchos investigadores los llaman guías espirituales.

    No importa el nombre que les demos, lo importante es saber que cada ser humano, desde el momento de su nacimiento hasta el final de nuestra existencia física, está en la presencia de estos guías o ángeles guardianes, que nos esperarán para ayudarnos en el paso de esta vida al más allá.

    También encontraremos a aquellos que nos precedieron y nos han amado en este mundo. Nosotros no moriremos solos
    72.

67 Ring Kenneth, Lessons from the light, Moment Point Press, Medham, 2000, pp. 236-239.
68 Morse Melvin, Closer to the light, o.c., p. 49.
69 Jovanovic Pierre, o.c., p. 55.
70 Morse Melvin, Últimas visiones, o.c., p. 47.
71Moody Raymond, Vida después de la vida, Ed. Edaf, Madrid, 2004, p. 83.
72 Kübler-Ross Elisabeth, o.c., p. 51.

   


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