Referencia histórica del Milagro Guadalupano
A partir de 1518, por accidente y tras naufragar, llegaron a las costas de la actual República Mexicana algunas naves españolas.
Los que regresaron a la isla de Cuba, de donde habían partido, llevaron noticias de lugares y personas extraordinarios, así como de grandes riquezas.
Un poco después llegó Hernán Cortés a la que sería la Villa Rica de la Vera Cruz (actualmente el Puerto de Veracruz), donde fue recibido con grandes honores y regalos, pues los nativos pensaban que se trataba del dios Quetzalcoatl que había regresado, según las profecías de los ancestros. Éstas decían que vendrían hombres blancos y barbados.
De diversas maneras, para no entrar en cuestiones de Historia, los españoles lograron formar alianzas con los pueblos enemigos de los aztecas, y gracias a eso, pudieron conquistarlos en 1521.
Los indígenas estaban profundamente heridos en su orgullo pues sus templos habían sido destruidos y saqueados; sus guerreros muertos; sus mujeres mancilladas; sus niños y ancianos esclavizados.
Las profecías de sus ancestros se habían cumplido, pero estos nuevos dioses habían demostrado ser malos. Tal vez la única excepción estaba representada por unos hombres vestidos muy pobremente que pretendían defenderlos de sus conquistadores con el signo de la Cruz.
Los tesoros, al igual que en el resto de América, eran enviados a España, y aunque en México no existía la esclavitud, como tal, se asignaban grupos de indígenas a los españoles con la encomienda de enseñarles nuevas formas de vivir y de velar por su enseñanza religiosa.
De allí la palabra de “Encomenderos” que se les asignó. El otrora altivo indígena era humillado y explotado de manera constante.
Recién terminada la Conquista de México, los indígenas empezaron a reorganizarse para acabar con los conquistadores; o al menos empezaron a surgir grupos que tramaban levantarse en contra de sus nuevos amos, quienes también habían traído enfermedades no conocidas anteriormente.
La actual ciudad de México se había establecido en 1321 en unos islotes en medio de un lago de aguas saladas y había crecido considerablemente, pero en forma ordenada.
Habían tres calzadas de tierra firme: al norte Tepeyacac que partía de la gran Tenochtitlan hacia los cerros y pequeñas montañas; hacia el sur: Iztapalapa o Ixtapalapa; al poniente hacia Tlacopan o Tacuba.
(Agradecemos a "Los amigos del Sagrado Corazón" por este artículo)