¿PARA QUÉ BUSCAR A DIOS?
¿Para qué buscarte? Me preguntaba... ¿Qué gano con seguirte? Me cuestionaba...
¿Por qué he de hacer tu voluntad? Me replicaba...
Y hoy, estando solo y con miles de problemas encima, hoy cuando los que creí mis amigos me han abandonado, hoy cuando más solo me siento, y atareado me encuentro, vienen a mi mente las respuestas a estas preguntas, pues en medio de los problemas, sin importar cuánto te he fallado, tú sigues firme a mi lado.
Y en medio del cansancio siento tus brazos sostenerme. Y entre el bullicio de cada día y los problemas que me agobian, escucho tu dulce voz susurrarme al oído... "Calma, estoy contigo".
Y ahora me doy cuenta que todo vale la pena, y que aquellas dudas no eran más que trampas de mi enemigo para evitar tu consuelo, tu paz, tu compañía.
Gracias, Señor, porque a pesar de todas mis dudas me recibiste como un buen amigo, y siempre que te cuestionaba, sonriendo me decías: "Tranquilo, que Yo soy el camino".