USAR TODA LA FUERZA
Se cuenta la historia de un niño muy pequeño, que hacía un gran esfuerzo por levantar un objeto muy pesado. Su papá, al entrar en el cuarto, vio la lucha que sostenía su hijo, y le preguntó: ¿Estás usando todas tus fuerzas?
¡Claro que sí! – contestó impaciente el niño. No, -le respondió su padre- no me has pedido que te ayude.
Es imposible que nosotros mismos encontremos solución a nuestros problemas, nuestras angustias, nuestras dudas, nuestras aflicciones, nuestras tristezas; por lo tanto, entreguemos nuestras cargas a CRISTO, que es la mejor solución que podemos buscar para aliviarnos de todo lo que nos afecta en nuestras vidas.