Friday April 19,2024
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¿TU VIDA ES MALA?

¿Has tenido alguna vez la sensación de que la vida es mala, realmente mala, y deseado estar en una situación diferente? Sientes que la vida te ha hecho las cosas difíciles: el trabajo apesta, la vida apesta, todo parece irte mal. Lee la siguiente historia, bien pudiera cambiar tu perspectiva acerca de tu vida:

Durante una conversación con uno de mis amigos, me dijo que a pesar de tener dos empleos y llevar a casa poco más de unos $6,000 al mes, se sentía feliz.
Me pregunté cómo podía sentirse feliz, considerando que tenía que luchar con tan pocos ingresos para mantener a un par de padres ancianos, a sus suegros, a una esposa, dos hijas y las muchas cuentas de un hogar.

Me explicó que había llegado a esta actitud, a través de un incidente que vivió en la India. Este había ocurrido unos pocos años antes, mientras se sentía realmente mal, y decidió pasear por aquel país, tras un fuerte descalabro personal.

Me contó que justo frente a sus ojos, vio a una madre hindú cortarle el brazo derecho a su
niño con un hacha. El recuerdo de la impotencia de la madre reflejada en sus ojos, y el grito de dolor de la inocente criatura de 4 años, todavía le persiguen hasta hoy.

Uno se podría preguntar por qué hizo tal cosa la madre; ¿se habría portado mal el niño?, ¿se le habría infectado la mano al niño? No, aquello fue hecho por dos sencillas palabras: ¡para mendigar!

La desesperada madre había lisiado deliberadamente al niño, para que éste pudiera salir a la calle a mendigar.

Tomado por sorpresa por la escena, dejó caer un trozo de pan que estaba comiendo. Y casi instantáneamente, un grupo como de cinco o seis niños se abalanzó sobre el pedacito de pan cubierto de arena, arrebatándose trocitos el uno al otro. La reacción natural del hambre.

Impactado por lo acontecido, le pidió a su guía que lo llevara a la panadería más cercana. Visitó dos panaderías y compró todo el pan que pudo hallar en ellas. Los dueños, sorprendidos pero de buena gana, vendieron todo su producto. Invirtió menos de $800 al adquirir unas 400 rebanadas de pan (a menos de $2 la rebanada) y gastó otros $1,000 para comprar otros artículos de primera necesidad.

Así, volvió a la calle con un camión lleno de pan. Mientras distribuía el pan y los artículos de primera necesidad entre los niños (la mayoría lisiados) y unos cuantos adultos, recibió alabanzas y agradecimientos de parte de los infortunados. Por primera vez en su vida se preguntaba cómo podía la gente sacrificar su dignidad por una rebanada de pan que costaba menos de $2. Comenzó a decirse a sí mismo cuan afortunado era. Cuan afortunado de tener un cuerpo completo, de tener un empleo, de tener una familia, de tener la oportunidad de quejarse acerca de la calidad de la comida, de tener la oportunidad de vestirse, de tener las muchas cosas de las que esta gente frente a él estaban desprovistas.

¡En ese momento comencé a pensar y sentir lo mismo! ¿Era mi vida realmente tan mala? Tal vez no. No debía sentirme mal del todo. ¿Y qué de usted? Quizás la próxima vez que piense que lo está, debiera pensar en el niño que perdió una mano para mendigar en las calles.

"La satisfacción no es la realización de lo que queremos, es el reconocimiento de lo mucho que ya tenemos".

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre; pero muchas veces nos quedamos mirando la puerta cerrada por tanto tiempo, que no vemos la que se nos ha abierto.

Si bien, es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, no es menos cierto que tampoco sabemos lo que nos ha estado faltando, hasta que nos llega.
La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo; simplemente la que sabe aprovechar al máximo todo lo que le viene.

El futuro más brillante siempre estará basado en un pasado olvidado; no nos podrá ir bien en la vida, hasta que soltemos nuestro pasado de fracasos y quejas.