CUANDO…
Cuando en las horas de intenso disgusto el desaliento te invade el alma y las lágrimas te afloran en los ojos... ¡búscame!: Yo Soy aquel, que sabe sofocar el llanto y detener tus lágrimas.
Cuando te juzgas incomprendido de los que te rodean y veas que a tu alrededor hay indiferencia... ¡acércate a Mí!: Yo Soy ¡a luz, sobre cuyos rayos se aclaran la pureza de tus intenciones y ¡a nobleza de tus sentimientos.
Cuando se extingue el ánimo para arrastrarte en los problemas de la vida y te halles próximo a desfallecer... ¡llámame!: Soy ¡a fuerza capaz de remover las piedras de los caminos y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Cuando te azote la pobreza y ya no supieras dónde reclinar la cabeza..., ¡corre junto a Mí!: Yo Soy el refugio en cuyo seno encontrarás amparo para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.
Cuando te falte la calma en los momentos de mayor aflicción y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu..., ¡invócame!: Soy la paciencia que te hace vencer los trances más dolorosos y triunfar en las situaciones más difíciles.
Cuando la tristeza y la melancolía te inunden el corazón y todo te causa aborrecimiento... ¡llámame!: Yo Soy la alegría que te sopla un aliento nuevo y te hace conocer los encantos de tu mundo interior.
Cuando uno a uno se terminan los ideales más bellos y te sientes desesperado... ¡acude a Mí!: Yo Soy la esperanza que robustece la fe y calienta ¡os sueños.
Cuando la impiedad te rechaza al revelarte las faltas y experimentes la dureza del corazón humano...¡procúrame!: Soy el perdón que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu espíritu.
Cuando ya no pruebas la sublimidad de un afecto tierno y sincero, y te desilusionas del sentimiento de tus semejantes... ¡aproxímate a Mí!: Yo Soy la renuncia que te enseña a olvidar ¡as ingratitudes de ¡os hombres y la incomprensión del mundo.
Por último, y cuando por fin quisieras saber quién Soy... pregunta al riachuelo que murmura y al pájaro que canta, a la flor que se abre y a la estrella que centellea, al joven que espera y al viejo que recuerda.
Llámame Amor: el remedio para todos los males que atormentan tu espíritu:
¡YO SOY JESÚS!