EL QUE NO SE HACE COMO NIÑO
¿Cómo parecerse a un niño? ¿Cuáles son esas características que abren el Reino de Dios?
El niño confía en sus padres. Confiemos en Dios nuestro Padre.
El niño cree todo lo que se le dice. Creamos en Dios nuestro Padre.
El niño no se preocupa por el mañana. Vivamos el hoy que Dios nos da.
Está escrito: "No os afanéis por el día de mañana". "Más buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". (Mat. 6:34 y 33)
El niño no calcula las consecuencias de sus hechos. Sin vacilar, digamos “sí" a la voluntad de Dios,
El niño depende tota1mente de sus padres. Estemos persuadidos de que Dios nos dará todo lo que necesitemos.
El niño quiere crecer; con frecuencia repite: "Cuando sea grande..." Aspiremos a hacer crecer nuestra alma por medio del conocimiento y la fe en Jesucristo.
El niño es alegre y se ríe espontánemente. Nuestro gozo está en el Señor; debe ser notado por los demás.
El niño necesita mucho amor, no puede desarrollarse normalmente si se le priva de el.
Dios es amor, él nos ama como nadie; debemos estar convencidos dé ello.
El niño demuestra su amor hacia sus padres.
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón".